Santo Domingo, RD.-

Ya se puede apreciar la magnitud del puente por donde pasará la extensión de la Línea II del Metro de Santo Domingo, el cual atravesará al río Ozama, conectando al Distrito Nacional con la Zona Oriental.

Las columnas sobre las cuales se apoyará el tablero del puente atirantado están levantadas. Ayer se pudo observar a obreros subidos en andamios trabajando en la colocación de varillas.

Según comunicó un empleado de una empresa contratista que trabaja en la construcción de la también llamada Línea II-B, el lunes próximo colocarán el hormigón en la superficie del puente. “Ahora vamos a proceder a encofrar (armar el área donde irá colocado el hormigón) para ver si colocamos el vaciado de hormigón el lunes”, dijo el ingeniero, quien prefirió no identificarse, ni dar mayores detalles.

El nuevo puente tendrá una longitud de 800 metros, tal como informó, en ocasiones anteriores, el subdirector de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (Opret). Y se ubica entre los barrios Gualey y Los Mina.

El puente que conectará a un túnel de tres kilómetros, sobrepasará en altura a su vecino Francisco del Rosario Sánchez, el cual se encuentra a pocos metros e éste. Se tiene previsto que la extensión de la línea II esté funcionando el primer trimestre de 2016 (a pocos meses de las elecciones generales).

Intentamos contactar con una autoridad competente para obtener declaraciones acerca de los avances en los trabajos de la extensión de Línea II del Metro, pero no fue posible.

Construcción avanza a 50%

En mayo pasado la Opret empalmó el túnel de la Línea II B. A esta estructura se le considera como una de las fases más complejas del moderno sistema de transporte que unirá la zona Oriental con el Distrito Nacional.

Hasta el momento se trabaja en la colocación de los rieles. Este túnel enlazará cuatro estaciones y tendrá su inicio desde la cabeza del puente Francisco del Rosario Sánchez hasta la estación ubicada en la avenida San Vicente de Paúl, próximo a la carretera de Mendoza.

Para esa ocasión, el director del Opret, Diandio Peña, con satisfacción dijo “nunca ante en la República Dominicana se había empalmado un túnel de una complejidad geotécnica. Es sin precedente”. Al rompimiento de la pared para enlazar el túnel asistieron la presidenta del Senado, Cristina Lizardo; el alcalde de Santo Domingo Este, Juan de los Santos, y el subdirector de la Opret, Leonel Carrasco.

De acuerdo con la Opret, en la construcción de la obra ferroviaria sólo trabaja personal dominicano. En sus declaraciones, Diandino Peña dijo confiar en que el Presidente de la República seguirá desembolsando el dinero para lograr poner en funcionamiento los seis trenes con que contará el sistema ferroviario al finalizar el primer trimestre del año.

Según indicó el funcionario, la obra en general ronda los 385 millones de dólares. La proyección de los usuarios que se beneficiarían con el moderno transporte rompió las expectativas, por lo que considera necesario un aumento en la cantidad de trenes de la línea I y II que, hasta ahora, comprende el sistema de transporte.

Actualmente en el Metro de Santo Domingo están circulando 250 mil personas diariamente. En detalle, el puente costará 2,500 millones de pesos, mientras los seis trenes con todo lo concerniente a obras electromecánicas y material tecnológico ronda los 95 millones de dólares.

Reclamos de afectados

Residentes de los sectores que circundan el área donde se construye el puente se quejaron de los ruidos de las maquinarias a altas horas de la noche. “Aquí el polvo y el ruido de las maquinarias nos quitan la tranquilidad”, se quejó Domingo Montilla, residente en el sector Gualey.

La misma queja externaron quienes tienen sus viviendas cercanas al área de trabajo. Para el desalojo de cientos de familias que tenían sus residencias en la zona de riesgo (área de construcción), la Opret destinó un presupuesto de 700 millones de pesos.

Hasta abril pasado, más de 700 familias fueron desplazadas, según confirmó el subdirector de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte, Leonel Carrasco, en una entrevista que concedió a este medio. Se estudió retirar a 1,000 familias.

Propietarios como inquilinos, que tenían sus residencias en Gualey, Distrito Nacional, y en Los Mina, municipio Santo Domingo Este, tuvieron que emigrar de sus hogares. El trabajo más difícil “fue mover el asentamiento humano, por su implicación social”, confesó el subdirector de la Opret.

Redaccion/DA

 

 

Dejanos tu comentario