Que los dominicanos sean, a partir del pasado martes, 10 millones, fue recibido como un hito para una población que ha crecido enormemente, por encima del promedio de las naciones caribeñas, excepto Haití.

El hermoso niño mulato, cuya enorme foto apareció en la portada de LISTIN DIARIO, en la edición del miércoles, llega al mundo con el supuesto de que tiene su pan debajo del brazo, algo que quizás era cierto antes.

La diferencia entre la población de 3 millones a finales de los años de 1950 y diez millones en el 2015, evidencia que los dominicanos se están reproduciendo como “conejos”, como diría el papa Francisco. El papa advirtió hace días sobre ese error.

Francisco, cuya iglesia ha estado en contra de todos los métodos de la planificación familiar, salvo el del ritmo, puso recientemente en su repertorio el tema de la sobrepoblación del mundo.

Ahora Haití y la República Dominicana alcanzan 20 millones de personas mal contadas del lado haitiano donde las cifras y estadísticas suelen ser poco confiables debido a la falta de recursos y a la movilidad de la población.

Los dos países se han negado, se creería que de manera irresponsable, a afrontar el problema del crecimiento de la población como se trata la economía, la creación de riqueza, de empleo, salud pública y educación.

Haití no quiere control
En Haití no quieren hablar del control de los nacimientos. Cuando en los años de 1980 se trató de juntar a Profamilia con instituciones similares de ese país, la respuesta fue la duda. Nunca han podido mancomunar esfuerzos.

Al comentar la abuela materna del bebé 10 millones su nacimiento, la madre de la niña de 17 años recién parida, dijo que donde come uno comen dos o tres, un juicio del subdesarrollo y la costumbre formulado al desnudo de su pobreza.

Tener un niño a los 17 años es algo repetitivo en la República Dominicana, por lo que durante la pasada campaña electoral el entonces presidente Danilo Medina se alarmó del caso dominicano “niños teniendo niños”.

A la procreación sin control de dominicanos y haitianos sigue la pobreza de los dos países, mayor en el segundo, adheridos a prejuicios religiosos que no son tan compartidos en las otras naciones del Caribe mayormente protestantes.

En Jamaica, Trinidad-Tobago y la mayoría de los países del CARICOM cuya religión es predominantemente bautista o adventista, la natalidad ha sido mantenida casi a raya, como en Cuba, con una visión distinta del tema religioso.

En China, después de 30 años de una política rígida para familias cortas con un solo hijo, el reciente cambio para que los nacimientos se incrementaran a dos, no encontró mucho afecto entre las familias, quizás “porque las familias cortas viven mejor”

Reproducción humana
El doctor Cristian Paredes, un gineco-obstetra dominicano, diputado independiente, propuso hace un tiempo un proyecto de ley de Salud Sexual y Reproductiva, que no ha avanzado en las cámaras, entre otras cosas, por los prejuicios.

Paredes ha explicado de manera bastante convincente que la nueva ley no contempla el aborto como opción, que busca detener la sexualidad entre los menores, evitar la mortalidad materna y propender a la paternidad responsable.

El médico y diputado lo que desea es que la sexualidad entre los jóvenes se postergue para que tengan la responsabilidad de saber que no están preparados ni emocionalmente ni físicamente para ese paso.

Las cifras de adolescentes embarazadas, que serán “niños teniendo niños” siguen en aumento, por lo que el diputado propone impulso de los métodos anticonceptivos, a lo cual se oponen las iglesias. Contrario al sermón, lo que prevalece entre los jóvenes es la propaganda muy abrumadora que invita tanto al consumo como a los vicios, al goce desenfrenado y al hedonismo en una sociedad en pretendida americanización.

Los jóvenes harán suyo, lo que compuso en Estados Unidos el músico Poter Grainger: “si voy a la iglesia el domingo, y el lunes cabaret todo el día, a nadie le importa que yo lo haga”. La libertad sexual de los años de 1960 simplemente se mantiene.

Los cambios en el mundo en los últimos años no son de fácil asimilación para una sociedad que en los ¥50 veía como recogían a las prostitutas, homosexuales y enfermos mentales cada vez que visitaba el puerto de SD un barco de guerra americano.

Ante los grandes cambios en la vida social norteamericana y de Europa y la aspiración dominicana de tener 10 millones de turistas al año habrá que pensar si se puede adaptar la mentalidad conservadora del país a las expectativas de esos visitantes

Profamilia incomprendida
Profamilia que está a punto de cumplir 50 años de trabajo relativo a la salud y la sexualidad humana, es una institución incomprendida y nada aceptada por las instituciones religiosas que la ven como promotora del aborto.

Recientemente hubo una polémica respecto a su manual de educación sexual “Hablemos”, cuya primera edición data de 1984, por la acusación de que incita a los jóvenes, niños y niñas a tener una conducta sexual desviada. Eso, respecto al reconocimiento de la diversidad sexual, un tema de moda en el mundo por lo del acoso y la violación de derechos. La institución definió como “falso” que tenga en imprenta más de 24 mil ejemplares de ese manual.

Dicen que lo que están haciendo es un brochure dirigido a los jóvenes para que hablen de “salud sexual y reproductiva”. El tema, obviamente, es incomprendido por sectores conservadores ligados a las iglesias.

A Profamilia no la entienden los que se niegan a aceptar el consejo de los médicos y estudiosos, de que los preservativos pueden salvar vidas. Tampoco que las pastillas anticonceptivas y la píldora del día después son aportes de la ciencia.

El resultado de tanta negación podría explicarse en la advertencia de los médicos infectólogos en el sentido de que han crecido las enfermedades de transmisión sexual y que el sida no ha disminuido como lo esperaban, pese a esos avances que aporta la ciencia.

Guarionex Rosa
Especial para LD

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