Seúl – Los ejércitos de Corea del Sur y Estados Unidos comenzaron hoy sus maniobras anuales de combate simulado Key Resolve en un momento de especial tensión en la península tras los últimos ensayos armamentísticos del Norte y el inicio del despliegue del escudo THAAD.

El ejercicio, que coordina en suelo surcoreano maniobras sobre el terreno o ejercicios de artillería a través de una simulación por ordenador, se llevará a cabo hasta el próximo 24 de marzo, según confirmó a Efe un portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano.

La misma fuente explicó también que las Fuerzas Aéreas surcoreanas se encuentran realizando un ejercicio de combate para preparar respuestas ante posibles «provocaciones» de Pyongyang que durará hasta el 17 de marzo y en el que participan unas 50 aeronaves, entre ellas los cazas F-15 y FA-50.

Como viene siendo habitual en los últimos años Key Resolve coincide con la celebración en Corea del Sur de las maniobras conjuntas Foal Eagle, que arrancaron el pasado 1 de marzo y durarán hasta finales de abril.

Los ejercicios Foal Eagle -que involucran a fuerzas de infantería, navales y aéreas surcoreanas y estadounidenses- de este año son los mayores hasta la fecha después de que el régimen norcoreano realizara un número récord de pruebas armamentísticas en 2016.

Pyongyang, que considera todas estas maniobras como un ensayo para invadir su territorio, lanzó además el 6 de marzo cuatro misiles balísticos de medio alcance que cayeron en aguas japonesas, redoblando la tensión regional.

A esto se suma la instalación, que comenzó la pasada semana, en suelo surcoreano del THAAD, un sistema para derribar proyectiles norcoreanos que amenacen con caer sobre el vecino del sur y que además de despertar el rechazo del régimen de Kim Jong-un también ha desatado fuertes críticas de China.

Pekín considera que los radares del THAAD pueden interferir en sus sistemas de defensa y en represalia está llevando a cabo un boicot comercial encubierto contra intereses surcoreanos.

Al clima de tirantez e incertidumbre hay que añadir la crisis política en Corea del Sur a raíz del caso «Rasputina», que ha supuesto la destitución de la presidenta Park Geun-hye, y el asesinato en Malasia del hermano del líder norcoreano, del que Seúl acusa abiertamente a Pyongyang, que niega toda participación.

EFE

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