Edward Snowden, el informático estadounidense detrás de las revelaciones sobre los programas secretos de vigilancia de Estados Unidos, hizo una gran entrada el martes en Twitter en donde comenzó siguiendo a la cuenta de la Agencia Nacional de Seguridad norteamericana (NSA).

«¿Me escuchan ahora?», preguntó en su primer tuit, publicado y retuitado miles de veces.

Su cuenta @Snowden, certificada por Twitter, era ya seguida por cientos de miles de personas poco después de su creación. Esta ha recibido más de 5.000 retuits en 30 minutos.

«Antes, trabajaba para el gobierno. Ahora, trabajo para el público», explica en su biografía de Twitter este hombre que se presenta como director de la Fundación «Freedom of the press».

The Intercept, el diario en línea dirigido por Glenn Greenwald, un periodista que obtuvo el Pulitzer por haber publicado las revelaciones de Edward Snowden sobre un sistema de espionaje de la agencia de inteligencia estadounidense NSA, confirmó que la cuenta es auténtica.

«Según el abogado de Snowden, Ben Wizner, el propio Snowden controlará su cuenta», escribió The Intercept.

Un detalle divertido, la primera y única cuenta que por el momento sigue Snowden es la de la NSA (@NSAGov).

Edward Snowden vive actualmente en Moscú, que le ofreció asilo. Buscado por espionaje y robo de documentos propiedad del Estado, podría ser condenado con hasta 30 años de cárcel en Estados Unidos.

El exespía llegó a Rusia hace más de un año procedente de Hong Kong, desde donde reveló al mundo el sistema de captación de información masivo que EEUU usaba y usa con sus ciudadanos y los de otros países.

Hace unos meses, se estrenó el celebrado documental ‘Citizenfour’, grabado por los periodistas que ayudaron a publicar el caso en ‘The Guardian’: Glen Greenwald y Laura Poitras.

La película muestra las horas previas y posteriores a la publicación de las entrevistas y las precauciones que tuvieron que sobrellevar para guardar su información.

Aunque una parte de la sociedad estadounidense considera a Snowden como un héroe, la justicia del país le acusa de revelación de secretos de Estado y de poner en riesgo la seguridad nacional, unas acusaciones que, de ser probadas, podrían acarrearle la pena de muerte.

Eleconomista.com

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