Zúrich, Suiza.-La policía suiza realizó una redada a primera hora de la mañana del miércoles en un hotel de Zúrich para arrestar a seis dirigentes de la FIFA, dentro de una investigación de EEUU por corrupción en el órgano de gobierno del fútbol que puede ascender a más de 100 millones de dólares.

Entre los arrestados figuran dos vicepresidentes de la FIFA, el uruguayo Eugenio Figueredo y el caimanés Jeffrey Webb, así como el expresidente de la Conmebol, el paraguayo Nicolás Leoz, figuran entre los 14 acusados por Estados Unidos por corrupción.

El departamento de Justicia hizo público hoy un comunicado en el que anuncia que han sido presentadas 47 acusaciones ante el tribunal de Brooklyn (Nueva York) por «organización mafiosa, fraude masivo y blanqueo de dinero, entre otros».

El resto de los federativos acusados son el costarricense Eduardo Li, el nicaragüense Julio Rocha, el trinitense Jack Warner, el venezolano Rafael Esquivel, el brasileño José María Marín y el caimanés Costas Takkas.

La Oficina Federal de Justicia (OFJ) suiza informó de que «funcionarios del fútbol» fueron arrestados por la policía de Zúrich en torno a las 6 a.m. en base a una orden de detención de las autoridades de EEUU, que solicitan la extradición de los sospechosos.

Según las declaraciones del portavoz de la FIFA Walter de Gregorio, recogidas por Associated Press, Sepp Blatter, el presidente de la FIFA y una de las figuras más importantes del deporte mundial, no era una de las personas arrestadas.

«No está implicado en absoluto», declaraba de Gregorio.

Se esperaba que Blatter, que lleva 17 años al frente de la FIFA, ganase un quinto mandato en la conferencia anual de la organización en Zúrich el viernes.

La OFJ suiza declaró: «La Oficina del Fiscal General del Distrito Este de Nueva York está investigando a estas personas bajo la sospecha de haber aceptado sobornos entre principios de los años 90 y la actualidad», decía un comunicado.

«Se afirma que los sospechosos de soborno -representantes de medios de comunicación deportivos y de firmas de promoción del deporte- se han visto implicados en esquemas para realizar pagos a funcionarios del fútbol -delegados de la FIFA y otros funcionarios de organizaciones inferiores del organismo- que ascienden a más de 100 millones de dólares.

«A cambio, se cree que recibieron derechos de retransmisión, márketing, y patrocinio en conexión con torneos de fútbol en Latinoamérica. Según la solicitud de EEUU, estos delitos se acordaron y prepararon en EEUU, y los pagos se llevaron a cabo a través de bancos estadounidenses».

Los sospechosos serán interrogados por la policía de Zúrich mientras se decide su posible extradición a EEUU. Si los sospechosos se oponen a ser extraditados, las autoridades estadounidenses tendrán 40 días para presentar una solicitud de extradición, de acuerdo con las autoridades suizas.

Bajo la legislación del país, los ciudadanos suizos no pueden ser extraditados.

Un portavoz de la FIFA explicó que estaba intentando verificar la información y que no podía confirmar si la oficina de la organización en Zúrich había sido revisada por la policía.

Las autoridades estadounidenses planean anunciar cargos contra ejecutivos de la FIFA vinculados a acusaciones de corrupción que han consumido durante años al órgano del fútbol, según fuentes familiarizadas con la situación.

Se prevé que el Departamento de Justicia, la Oficina Federal de Investigación y el Servicio Interno de Ingresos de EEUU anuncien hoy un proceso penal, de acuerdo con estas personas.

Los sospechosos podrían afrontar diversos cargos, entre ellos por delitos informáticos, blanqueo de dinero, evasión fiscal y crimen organizado, según una fuente próxima a la investigación.

Las acusaciones de corrupción empañan a la FIFA desde hace más de una década. La polémica estalló en 2010 cuando el órgano de gobierno del fútbol mundial concedió los derechos para organizar los torneos de 2018 y 2022 a Rusia y Qatar.

Las acusaciones en torno al proceso de concesión fueron inmediatas, alimentadas por el aparente hecho de que no parece apropiado celebrar un torneo de fútbol de verano en Qatar, donde es las temperaturas probablemente superarán los 50 grados.

Un correo electrónico filtrado del secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, decía que Qatar había «comprado» la Copa Mundial. Por su parte, Mohammed bin Hammam, una autoridad del fútbol catarí, fue expulsado de forma temporal, y posteriormente permanente, por la FIFA tras las acusaciones de soborno durante su campaña para convertirse en el presidente del organismo.

Las votaciones para los torneos de 2018 y 2022 se celebraron de forma simultánea. Algunos miembros de la FIFA fueron acusados de ofrecer sus votos a cambio de dinero. El organismo admitió posteriormente que se equivocó al celebrar dos votaciones juntas.

Ante las fuertes presiones por el proceso para conceder los torneos a Rusia y a Qatar, la FIFA contrató en 2012 a Michael Garcia, el ex fiscal del Distrito Sur de Nueva York y ex vicepresidente de Interpol, para liderar una investigación por corrupción de amplio alcance.

García elaboró un informe de 430 páginas en dos años. Pero cuando la FIFA publicó un resumen de 42 páginas a finales de 2014, el ex fiscal lo criticó. La organización se negó a publicar el informe completo, alegando que no podía hacerlo por razones legales.

Garcia dimitió, acusando a la FIFA de «falta de liderazgo» y cuestionando su capacidad para cambiar su cultura.

La Oficina Federal de Justicia (OFJ) suiza informó de que «funcionarios del fútbol» fueron arrestados por la policía de Zúrich en torno a las 6 a.m. en base a una orden de detención de las autoridades de EEUU, que solicitan la extradición de los sospechosos.

Según las declaraciones del portavoz de la FIFA Walter de Gregorio, recogidas por Associated Press, Sepp Blatter, el presidente de la FIFA y una de las figuras más importantes del deporte mundial, no era una de las personas arrestadas.

«No está implicado en absoluto», declaraba de Gregorio.

Se esperaba que Blatter, que lleva 17 años al frente de la FIFA, ganase un quinto mandato en la conferencia anual de la organización en Zúrich el viernes.

La OFJ suiza declaró: «La Oficina del Fiscal General del Distrito Este de Nueva York está investigando a estas personas bajo la sospecha de haber aceptado sobornos entre principios de los años 90 y la actualidad», decía un comunicado.

«Se afirma que los sospechosos de soborno -representantes de medios de comunicación deportivos y de firmas de promoción del deporte- se han visto implicados en esquemas para realizar pagos a funcionarios del fútbol -delegados de la FIFA y otros funcionarios de organizaciones inferiores del organismo- que ascienden a más de 100 millones de dólares.

«A cambio, se cree que recibieron derechos de retransmisión, márketing, y patrocinio en conexión con torneos de fútbol en Latinoamérica. Según la solicitud de EEUU, estos delitos se acordaron y prepararon en EEUU, y los pagos se llevaron a cabo a través de bancos estadounidenses».

Los sospechosos serán interrogados por la policía de Zúrich mientras se decide su posible extradición a EEUU. Si los sospechosos se oponen a ser extraditados, las autoridades estadounidenses tendrán 40 días para presentar una solicitud de extradición, de acuerdo con las autoridades suizas.

Bajo la legislación del país, los ciudadanos suizos no pueden ser extraditados.

Un portavoz de la FIFA explicó que estaba intentando verificar la información y que no podía confirmar si la oficina de la organización en Zúrich había sido revisada por la policía.

Las autoridades estadounidenses planean anunciar cargos contra ejecutivos de la FIFA vinculados a acusaciones de corrupción que han consumido durante años al órgano del fútbol, según fuentes familiarizadas con la situación.

Se prevé que el Departamento de Justicia, la Oficina Federal de Investigación y el Servicio Interno de Ingresos de EEUU anuncien hoy un proceso penal, de acuerdo con estas personas.

Los sospechosos podrían afrontar diversos cargos, entre ellos por delitos informáticos, blanqueo de dinero, evasión fiscal y crimen organizado, según una fuente próxima a la investigación.

Las acusaciones de corrupción empañan a la FIFA desde hace más de una década. La polémica estalló en 2010 cuando el órgano de gobierno del fútbol mundial concedió los derechos para organizar los torneos de 2018 y 2022 a Rusia y Qatar.

Las acusaciones en torno al proceso de concesión fueron inmediatas, alimentadas por el aparente hecho de que no parece apropiado celebrar un torneo de fútbol de verano en Qatar, donde es las temperaturas probablemente superarán los 50 grados.

Un correo electrónico filtrado del secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, decía que Qatar había «comprado» la Copa Mundial. Por su parte, Mohammed bin Hammam, una autoridad del fútbol catarí, fue expulsado de forma temporal, y posteriormente permanente, por la FIFA tras las acusaciones de soborno durante su campaña para convertirse en el presidente del organismo.

Las votaciones para los torneos de 2018 y 2022 se celebraron de forma simultánea. Algunos miembros de la FIFA fueron acusados de ofrecer sus votos a cambio de dinero. El organismo admitió posteriormente que se equivocó al celebrar dos votaciones juntas.

Ante las fuertes presiones por el proceso para conceder los torneos a Rusia y a Qatar, la FIFA contrató en 2012 a Michael Garcia, el ex fiscal del Distrito Sur de Nueva York y ex vicepresidente de Interpol, para liderar una investigación por corrupción de amplio alcance.

García elaboró un informe de 430 páginas en dos años. Pero cuando la FIFA publicó un resumen de 42 páginas a finales de 2014, el ex fiscal lo criticó. La organización se negó a publicar el informe completo, alegando que no podía hacerlo por razones legales.

Garcia dimitió, acusando a la FIFA de «falta de liderazgo» y cuestionando su capacidad para cambiar su cultura.

Foxdeportes.com

Dejanos tu comentario