Las autoridades canadienses sospechan que ciertos periodistas chinos acreditados en el país buscan información, pero no exclusivamente para sus medios. El Servicio de Inteligencia y Seguridad de Canadá (CSIS por sus siglas en inglés) ha seguido con interés desde hace varios años las actividades de reporteros chinos afincados en Ottawa, específicamente del periódico Renmin Ribao y la agencia Xinhua, según ha publicado el diario La Presse de Montreal. Estos periodistas han contado con las debidas acreditaciones para cubrir eventos gubernamentales. Pero la opinión de algunas autoridades es que obedecen directamente a los dictados del Gobierno chino.

“En las altas esferas del Gobierno canadiense, todo el mundo sabe que los empleados de estos medios tienen un papel muy preciso en Ottawa: reunir informaciones de interés estratégico que interesen al Gobierno chino. Por eso, incluso en Ottawa, hay que comportarse con prudencia, ya que podemos estar siendo espiados”, señaló a La Presse un antiguo miembro de la administración de Stephen Harper.
El diario de Montreal recoge que entre 2011 y 2013, periodistas de estos medios solicitaron cubrir los viajes del ex primer ministro Harper al norte canadiense, una zona que puede tener interés estratégico. Asimismo, Li Xuejiang, que trabajaba para Renmin Ribao, fotografió varias veces instalaciones militares y equipos de las Fuerzas Armadas de Canadá.

La embajada china en Ottawa emitió un comunicado negando categóricamente lo publicado por el diario de Montreal y señaló, además, que esto puede socavar los lazos entre China y Canadá. Sin embargo, no es la primera vez que los medios canadienses se interesan por esta situación. En 2012, la CBC difundió las declaraciones de Mark Bourrie, un periodista que aceptó trabajar para Xinhua. Bourrie contó que sus jefes le exigían las notas que tomaba en distintos eventos (por ejemplo, en una visita del Dalai Lama a Ottawa) para enviarlas posteriormente a Pekín.

La redacción de notas periodísticas no era una prioridad, así que Bourrie dejó de colaborar con la agencia. A su vez, el diario The Globe and Mail de Toronto publicó en 2011 las advertencias de Li Fengzhi, exagente de seguridad de China. Li afirmaba que si bien no todos los periodistas chinos son espías, Pekín cuenta con personal en las agencias de noticias.

Otros países han reaccionado ante amenazas parecidas. En 2009, la comisión del congreso estadounidense encargada de monitorear los temas de seguridad con China publicó un documento donde se indicaba que Xinhua realiza labores de inteligencia. Por su parte, el Gobierno indio decidió no extender las visas de residencia a tres corresponsales chinos por sospechas de actividades de espionaje.

Ralph Goodale, jefe de comunicaciones del ministro de seguridad de Canadá, señaló a La Presse que no es posible conocer la situación actual de las pesquisas. “El CSIS solo investiga sobre actividades en donde existen motivos razonables para sospechar que hay amenazas a la seguridad de Canadá”, comentó. También dejó claro que la libertad de prensa es un valor canadiense fundamental. Pocos meses después de convertirse en primer ministro, Justin Trudeau decidió estrechar los vínculos de su país con China. Visitas de Estado recíprocas y conversaciones para explorar mayores lazos comerciales así lo atestiguan.

Elpais.com

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