Washington,

La dimisión de la directora de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA), Michele Leonhart, abrió ayer la batalla por la búsqueda de un sucesor, que se enfrentará al reto de devolver a la agencia un prestigio cuestionado tras diferentes escándalos con prostitutas en Colombia.

«La tormenta política en la DEA es un duro golpe para la credibilidad de EE.UU. en su política de drogas (…) El desafío principal del próximo director será restablecer la credibilidad de la agencia y no va a ser fácil», explicó hoy a Efe el presidente del centro de estudios Diálogo Interamericano, Michael Shifter.

La búsqueda de un sucesor para Leonhart, que dejará la DEA a mediados de mayo tras ocho años en el cargo, corre primero a cargo del presidente Barack Obama, que deberá proponer a un candidato para que luego el Congreso, en manos de la oposición republicana, decida si respalda o no a la nueva cabeza de la DEA.

Por el momento, no se conoce ningún nombre, pero la confirmación del nuevo director o directora de la DEA promete dividir a los demócratas más liberales, favorables a una flexibilización de las políticas federales contra la marihuana, y los republicanos del ‘establishment’, que se oponen a cualquier cambio.

La polémica que acabó con la dimisión de Leonhart la desató a finales de marzo un informe del órgano de control del Departamento de Justicia, de 139 páginas, en el que se desvelaba que varios agentes de la DEA participaron en el extranjero en «fiestas sexuales» con prostitutas, a las que presuntamente pagaban con fondos de los cárteles de la droga.

Las revelaciones llevaron a Leonhart a comparecer ante el Comité de Vigilancia de la Cámara de Representantes, en una audiencia tras la cual tanto republicanos como demócratas aseguraron que habían perdido la confianza en ella y la criticaron por no haber impuesto sanciones suficientemente duras a los agentes.

Tras la audiencia, 13 demócratas y nueve republicanos de la Cámara de Representantes firmaron una declaración bipartidista para exigir a Leonhart que renunciara porque había sido «claramente incapaz de influir positivamente en la cultura de la agencia».

«Está claro que no tiene la autoridad necesaria para tomar las decisiones necesarias sobre seguridad nacional. La señora Leonhart ha perdido la confianza de esta Comisión para iniciar las reformas necesarias con el objetivo de restaurar la reputación de una agencia vital», señalaron entonces los legisladores.

Aunque Leonhart no ha hecho, por ahora, ninguna declaración pública, Peter B. Bensinger, que estuvo al frente de la DEA entre 1976 y 1981, aseguró que la retirada de su sucesora no se produce por el nuevo escándalo de los agentes de la DEA ni por las críticas del Congreso.

En una declaración enviada hoy a Efe, aseguró que la renuncia de Leonhart obedece a «su coraje por hacer cumplir la ley» y sus reticencias a flexibilizar la ley federal que prohíbe el consumo de marihuana en los 50 estados del país, a pesar de que cuatro estados y el Distrito de Columbia han aprobado ya su consumo recreativo.

Grupos favorables a la legalización del cannabis, como el Proyecto Político de la Marihuana (MPP), llevaban pidiendo la dimisión de Leonhart desde el año pasado y habían impulsado varias peticiones online con este fin.

«Se trata de política», zanjó B. Bensinger, que defendió el «compromiso y dedicación» de Leonhart y la eximió de cualquier responsabilidad por las celebraciones sexuales de los agentes de la DEA, pues se produjeron entre 2001 y 2003, mucho antes de que ella encabezara la agencia antidrogas.

En el informe sobre estos incidentes, el Departamento de Justicia no especificó el país en el que se celebraron durante años las fiestas, aunque un alto funcionario del Gobierno citado por medios locales afirmó que se trataba de Colombia.

Colombia se convirtió en 2012 en el escenario de otro escándalo con prostitutas, protagonizado por agentes del Servicio Secreto, justo antes de que Obama llegara a Cartagena de Indias para participar en la Cumbre de las Américas que se celebró del 9 al 15 de abril de 2012.

A pesar de los escándalos, bajo el mandato de Leonhart, EE.UU. logró detener a numerosos cabecillas del narcotráfico de Colombia y México, como el líder del cartel de Sinaloa, el mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán, el narcotraficante que más droga ha hecho circular en Estados Unidos, según las autoridades.

EFE

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