Santo Domingo, RD.-
La Autoriad Metropolitana del Transporte, AMET, ha sido un dolor de cabeza para el gobierno dominicano desde que abandonó el cargo de director el ingeniero Hamlet Herman, quien junto a otros técnicos organizaron la institución para regular la circulación.

Crear la AMET fue un logro importante del régimen del doctor Fernández, ante el desorden prevaleciente en las calles de Santo Domingo y Santiago, el irrespeto de los conductores y de los empresarios del transporte y la necesidad de civilización.

AMET fue creada el 10 de septiembre de 1997 por el régimen de la época, atendiendo a la necesidad de mejorar la condición del tránsito, y ante la inoperancia de la ley 241 que regula todo lo relativo a la circulación, que tiene casi 50 años.

Cuando los miembros de la institución salieron a las calles por primera vez recibieron la admiración del público porque eran policías al parecer bien entrenados, erguidos, bien vestidos y que no pedían ni aceptaban dádivas.

Al celebrarse hace días el 18 aniversario de la AMET, el exdirector, ingeniero Hamlet Herman criticó la degradación de la institución, el hecho de que ahora ingresan miembros sin el perfil, hombres de estatura pequeña que no inspiran respeto.

Las declaraciones del ingeniero Herman pudieron tomarse como políticas porque esencialmente esa ha sido su ocupación, pero muchos que las comentaron en las redes sociales y en medios de comunicación coincidieron con sus apreciaciones.

Al parecer algo queda de AMET y es que sus miembros no aceptan ni piden propinas, lo que es bastante en un medio en el cual los uniformados de todas las armas y la Policía Nacional sufren de salarios menores y pocas condiciones de empleo.

Después de Herman la institución de tránsito ha tenido muchos jefes, algunos de ellos generales conocidos como de manos duras y rectitud. Todos tuvieron un lado cojo, al decir de los conocedores, y es que aceptaron el puesto pero querían algo mayor.

Los jefes, algunos de ellos, querían la jefatura de la Policía Nacional, el puesto mejor rentado del país debido no a su salario, sino a los ingresos extraordinarios de acuerdo a la tradición desde el general Belisario Peguero.

Se impone irrespeto
Después de 18 años de actividad, otra cosa tenida como percepción general es que los miembros de AMET ya no inspiran respeto de los ciudadanos, no solamente porque han sido humillados por gente ligada al poder, sino porque están debajo de los sindicatos.

Ellos están llamados a regular el tránsito y a disciplinar a los choferes pero éstos han logrado agruparse en gremios empresario-sindicales que son una amenaza no solamente a la autoridad sino también a los otros conductores y a los de a pié clientes de sus unidades.

Los sindicatos y federaciones defienden con los dientes y abogados a sus afiliados choferes, mientras ellos se atrincheran en las calles armados de “quimbos”, colines, cadenas de hierro y bates con los cuales enfrentan a quienes osan violar sus rutas o protestar.

Recientemente el sindicato del diputado Juan Hubieres, FENATRANO, mandó a los choferes a violar las normas de que no pueden transitar por los elevados y los túneles. El taponamiento alarmó a los ciudadanos pero eso nunca fue sancionado.

Ese sindicato que se quiere convertir en partido político como Movimiento Rebelde ha estado activando alrededor de la Junta Central Electoral, para lograr su reconocimiento. Hubieres es un caso extraño de la política dominicana que quiere ser presidente.

Es un sindicalista, ahora diputado, encantador de serpientes. Ha sido acogido tras oírlo hablar, por gente muy experimentada en la política y hasta contraria a sus consignas supuestamente izquierdistas que enarbola el clásico retrato del Ché Guevara en su bandera.

Otros sindicalistas prominentes son Blas Peralta, de FENATRADO, y Antonio Marte, de CONATRA, aspirantes a tener sus partidos políticos y, quizás, a la Presidencia. Críticos del empresariado que recibe subsidios de combustibles, tienen también los suyos.

La fortuna de los dirigentes sindicales nadie las puede contabilizar. No hay forma de saber cómo administran los recursos que reciben de cada carro del concho y autobuses que circulan por las ciudades y que tienen que entregar en efectivo a prebostes colectores.

Los de AMET le temen como el diablo a la cruz a esos sindicatos y a su legión de feligreses; se alejan de ellos cuando ocurren incidentes, no se involucran y a veces reciben sus pescozones, empujones e insultos sin poder actuar porque saldrían perdiendo.

Mientras AMET ha perdido su rango, la Organización Mundial de la Salud, OMS, dijo en un informe reciente que la República Dominicana es el segundo país en tasas de muerte por accidentes de tránsito, de un total de 182 integrantes de Naciones Unidas.

De acuerdo al informe “Seguridad Vial 2013”, “la mitad de las muertes mundiales por accidentes de tránsito corresponden a peatones (22%), ciclistas, (5%) y motociclistas (23%), los llamados usuarios vulnerables de la vía pública.

Los directores de hospitales del gran Santo Domingo viven alarmados por los gastos en que incurren esos centros, especialmente el Darío Contreras, por la cantidad de víctimas de accidentes, motoristas que pierden extremidades y sufren daños irreparables.

El nuevo director de AMET, general Frener Bello Arias, se estrenó no hace mucho como “escobita nueva que barre bien”. Dispuso algunas medidas extremas a lo interno de la organización y respecto a quienes se parquean mal o cometen infracciones menores.

Sin embargo los motoristas siguen conduciendo igual sin cascos protectores, una fuente de muertes; las aceras siguen llenas de talleres de mecánica, la gente que conduce sigue violando la luz roja, las rayas de cebra y los caminantes cruzan las avenidas a mitad de cuadra.

Su estreno coincidió con un incidente que puso a prueba su mando. Ocurrió en Puerto Plata cuando el político Alfonso Crisóstomo le faltó el respeto a dos agentes. Ambos fueron trasladados. Otro incidente en Santiago envolvió al joven Eduardo Villamán Fadul, sobrino del ministro de Interior y Policía. Insultó a los agentes sin razón y todo quedó ahí.

listindiario.com

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