Italia, Roma,- El misterio que rodea al migrante convertido en sospechoso por la masacre del museo del Bardo en Túnez se intensificó el jueves en medio de dudas sobre su presunta implicación en el ataque terrorista y sus movimientos en Italia tras llegar al país en un barco atestado de migrantes rescatados en el mar un mes antes del atentado.

555dbae432d10_imageMientras funcionarios italianos defendieron las gestiones realizadas con respecto a Abdelmayid Tuil, indicios apuntaron a que dos días antes y dos días después de la masacre del 18 de marzo estaba en Italia. El alcalde de Trezzano sul Naviglio, Fabio Bottero, dijo que Tuil estaba entre los asistentes a lecciones de italiano impartidas dos veces por semana el 16 y el 19 de marzo.

Tuil, un joven marroquí de 22 años, fue arrestado el martes, en virtud de una orden de detención internacional emitida por Túnez, cuando estaba en la casa de su madre en Gaggiano, cerca de Milán, acusado de ayudar a planificar y ejecutar la masacre del pasado 18 de marzo en el Bardo, en la que murieron 22 personas. Funcionarios tunecinos dijeron que había proporcionado apoyo «indirecto» a los responsables. El grupo extremista Estado Islámico reclamó la autoría del atentado.

El ministro italiano del Interior, Angelino Alfano, insistió ante el Parlamento que no había temores relacionados con el terrorismo cuando Tuil llegó a Sicilia el 17 de febrero con otros 90 migrantes más que fueron rescatados en el mar. Sus comentarios buscaban aliviar las críticas de políticos antinmigración que señalan que extremistas islamistas se cuelan en Italia dentro de barcos de migrantes para planear ataques.

Alfano dijo que dentro del proceso rutinario para los migrantes que llegan al país, a Tuil se le tomaron las huellas dactilares, que ayudaron a su identificación policial antes de su detención. Se había ordenado su expulsión del país, como es habitual, pero las autoridades le habían perdido la pista hasta el martes.

En el momento de su llegada a Italia, «Tuil no estaba considerado ni a nivel potencial como terrorista, mucho menos como un sujeto peligroso para la seguridad de nuestro país», señaló Alfano.

Túnez no lo identificó como sospechoso potencial hasta después del ataque. Alfano sugirió también que, con independencia de las pesquisas de Túnez, la inteligencia italiana también había empezado a seguir al joven como posible sospechoso.

Informaciones publicadas en medios italianos señalaron que Tuil no rezaba en ninguna mezquita y que ni siquiera se encontró un Corán en el registro de su vivienda el martes. Alfano dijo que se incautaron dos memorias USB, un celular y algunos objetos personales.

El ministro explicó que tras la detención Tuil dio su autorización para una muestra de ADN, un indicio de que las autoridades italianas quieren asegurarse de que es el Tuil que busca Túnez.

Un vocero del Ministerio del Interior de Túnez, Mohamed Ali Arui, no quiso hacer comentarios sobre el paradero de Tuil el día del ataque, pero dijo que estaba seguro sobre su identidad.

«Para nosotros, él es la persona que estamos buscando y seguimos coordinando con los italianos su extradición», dijo Arui a la AP el jueves en Túnez.

Por su parte, la madre del joven negó la implicación de su hijo en el atentado. En declaraciones recogidas por el Corriere della Sera y otros periódicos, contó que su hijo vio con ella las imágenes de televisión del ataque al Bardo y que él no había dejado Gaggiano desde el día en que llegó a la localidad.

«El 18 de marzo estaba en el apartamento en Gaggiano», dijo en declaraciones recogidas por el Corriere.

La policía dijo que la única información que tenían de la familia hasta el momento del arresto se produjo en abril, cuando la madre reportó la desaparición del pasaporte de su hijo.

AP

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