Visto desde adentro ¿En favor de quién soplan los vientos en el PLD?
SANTO DOMINGO, RD.-El dirigente peledeísta y periodista Juan Aníbal Arrendel Núñez (Johnny), dirigente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y miembro de la Secretaría de Comunicación de esa entidad, ofrece una visión de lo que está ocurriendo en estos momentos en las filas peledeístas con la competencia por la candidatura presidencial.
En 2016, cuando el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) completará 16 años de labor gubernamental, incluso, con tres periodos consecutivos de cuatro, las posibilidades de que retenga el poder no solo dependerán de la apreciación que cosechen las ejecutorias del presidente Danilo Medina.
La tendencia al hastío que se verifica en los mercados electorales, y que enunció en una ocasión el presidente del PLD, Leonel Fernández, podría favorecer a opciones nuevas” que se oferten ante los votantes.
Entrevistado para la televisión, Fernández, para entonces en la Presidencia del país, subrayó que: “la gente se cansa de las mismas caras”, y que ese rechazo lo expresa en las urnas.
Por ello, el principal factor que potencializa la permanencia del PLD es la división de la oposición en diversos proyectos caracterizados por el individualismo.
No obstante, la designación del candidato que encabezará la boleta morada es un aspecto que marcará el proceso, a menos que se acepte el emocional eslogan de que: “con cualquiera se gana”.
Danilo Medina
Ni los mismos funcionarios que promueven la repostulación del presidente Danilo Medina creen en la posibilidad de que prospere tal iniciativa.
Se ha analizado la alternativa en todas sus vertientes, y las conclusiones siempre derivan en cuanto a la dificultad para promover una reforma constitucional y la seguridad de que ese paso haría menguar la credibilidad del mandatario.
Está claro, entonces, que a Medina se le presenta la disyuntiva de impulsar a una figura de su entorno como precandidato presidencial, o bien, mantener la supremacía de su imagen en tanto promesa de poder.
La historia demuestra que quienes han ejercido el poder en este país desde una estructura partidaria han sido reacios a patrocinar nuevas figuras, temerosos de que puedan desplazarles o reducir su espacio político electoral.
Seria inusitado, en consecuencia, que Danilo enfile sus esfuerzos a construir un nuevo candidato, que pasado los comicios de 2016, gane o pierda el PLD, le disputaría el protagonismo por derecho propio, tanto a él mismo, como a su antecesor Leonel Fernández.
Lo más racional es que Medina atesore los altos índices de aprobación de su gestión, ya que si se mantiene sobre el rasero de 80% de valoración, su endoso será determinante para un eventual triunfo de cualquier candidato que represente la pañoleta morada y amarilla en 2016.
No obstante, está claro que el estilo de Danilo lo cambió todo, y que en lo adelante, quienes intenten sustituirlo deberán buscar sus propias fórmulas para que la población les perciba cercanos, o sea, desarrollar sus versiones particulares de los “brinquitos” de Medina, pero con la originalidad suficiente para no ser vistos como meros imitadores.
Es una realidad que debe entender Leonel Fernández, los bailes comberos como el que hizo desde una tarima en San Francisco de Macorís ya no calan con la misma gracia entre los espectadores. Al comportarse así se expone a que opositores lo ridiculicen con gifs que son gozados masivamente a través de las redes sociales.
Leonel Fernández
Dotado de carisma y reconocidas cualidades intelectuales, además de una trayectoria de 12 años en la Presidencia repartidos en tres periodos, Leonel Fernández es sin dudas el más duro hueso de roer para cualquiera que intente ascender a Palacio dentro de menos de dos años.
La más clara muestra de esta aseveración, es que Fernández prevalece como supremo favorito electoral en cualquier escenario que no contemple la repostulación del mandatario actual, quien está imposibilitado de presentarse.
Como figura intrínseca, Leonel tiene un gran potencial para ganar, a lo que se le suma su enraizamiento con las redes de poder articuladas durante las pasadas tres décadas.
Pero, para remontar sus debilidades, y su aún notable tasa de rechazo de poco más de 22%, según la encuesta Gallup Hoy, Fernández necesita identificar las causas que mantienen desaceleradas sus simpatías desde hace unos seis años a esta parte.
Es preciso que se sumerja en esas reflexiones y estudios, ya que siempre que se produce un vacío político, se crean las condiciones para que nuevos exponentes se posicionen, y para muestra está el caso de Danilo.
Leonel tiene la suerte de que Medina pertenece a su mismo sector partidista, y de que además está impedido de aspirar, amén de que no están dadas las condiciones para impulsar otra reforma constitucional.
Desde finales de 2010, cuando aún estaba en Palacio, Leonel Fernández acusa un desgaste sostenido de su discurso. Sus palabras, simplemente, no causan el mismo efecto encantador en el auditorio.
Ese año las encuestas de intención electoral y valoración, auspiciadas por su proyecto para consumo interno, reflejaban una disminución notable en la popularidad de Leonel, situación que fue revertida de manera transitoria con los repartos gubernamentales de diciembre.
Un dato importante, es que para la época, y por primera vez en su historial, la reducción de la aceptación de Leonel como figura, empujaban a la baja, a su vez, los porcentajes de simpatías por el PLD, y no al revés, como hasta entonces fue habitual.
Desde que en 1996 llegó a la Presidencia, Leonel se mantuvo casi todo el tiempo con niveles de aceptación y valoración superiores a los de su mismo gobierno, así como a los del PLD.
Apenas en enero de 2011, una vez pasadas las festividades de Navidad, de nuevo las encuestas marcaban números mediocres para Leonel y el PLD.
Claramente, las limitaciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional, de reducir el gasto público en más de 60 mil millones de pesos, eran un verdadero peso muerto para el PLD y el último de los gobiernos de Leonel.
Pero lo que más afectaba a la imagen de Fernández era su ambigüedad e indefinición ante el tema de la reelección, prohibida por la reforma constitucional que él mismo impulsara.
En momentos en que sus colaboradores insistían neciamente en recoger firmas para sustentar un supuesto respaldo a que continuara en la Presidencia, la credibilidad de Fernández estaba en entredicho.
A todo esto, ahora y de cara a las elecciones de 2016, el entorno de Leonel Fernández es un muro que dificulta sumar gentes de las nuevas generaciones a su proyecto, y es que hay figuras allí que parecen inamovibles y se proyecta que en una eventual nueva gestión suya se colocarían de nuevo en primer plano.
Más que los cuestionamientos de índole judicial a algunos de sus colaboradores, y que no necesariamente le afectan a él, la problemática alrededor de Leonel Fernández es la abundancia de figuras quemadas, que no tiene manera de ayudarle enlazar con los sectores emergentes de la población.
Asimismo, Leonel Fernández no convence a nadie con su intento de vender la “alternabilidad”, como garantía principal de la unidad del PLD en torno a sus aspiraciones de volver.
Más bien lo que se ve a su alrededor es un equipo anquilosado, que abarca incluso a clanes familiares suscritos en la administración pública.
La clave para que Leonel explote todo su potencial electoral, es que asocie su imagen al concepto “Renovación”, y eso va más allá de simplemente cuidarse de aparecer junto a figuras repelentes o cuestionables.
Requiere Leonel, de renovar por completo su discurso, e insertarlo dentro de la posibilidad manifiesta de que el PLD permanezca como principal factor de cambio social en la República Dominicana y no de manera distorsionada, como vía de movilidad social de su cúpula.
Francisco Javier García
Por encima de los porcentajes que de momento le otorguen las encuestas en los distintos escenarios, Francisco Javier García experimenta un importante avance en su proyección, al lograr posicionarse en el mercado electoral.
La oratoria es una categoría política primordial, y es el recurso de García para avanzar en su proyecto. Sin embargo, deberá esforzarse por mostrarse más cercano a la gente en lo adelante.
De acuerdo a como maneje sus posibilidades, que al parecer le conducen a llevar a término sus aspiraciones, Francisco podría ser uno de los grandes ganadores en las primarias del PLD a mediano o largo plazo.
Lo cierto es que el activismo de García es uno de los elementos que han perturbado o inquietado a las torres de estrategia y comunicaciones del proyecto Leonel Fernández, en vista de su indiscutible emplazamiento en las mentes de los electores internos.
Temístocles Montás
Tremendo es el bagaje de Temístocles Montas. Indiscutible su preparación y capacidad, pero en cambio, él es por definición un anti candidato, tele repelente, y para colmo, enarbola un discurso contradictorio con su proceder público.
Para muestra, un botón: el mismo Temo que condena el continuismo, se aferra durante casi tres lustros a la administración pública, en lugar de dedicar la mayor parte de su tiempo a impulsar su proyecto casi inerte. Montás no es la excepción entre los funcionarios y legisladores que, en lugar de buscar soluciones a los problemas nacionales y de sus comunidades, cabildean con marcado éxito para imponer a sus familiares en los puestos mejor pagados de la administración pública.
Reinaldo Pared Pérez
Hasta la actualidad, Reinaldo Pared Pérez ha sido un político de éxito como “producto-candidato” en el mercado electoral dominicano.
Empero, sin dejar de reconocer sus méritos, si tomamos en cuenta que como regidor era arrastrado por un numero en un listado y no por el voto preferencial de ahora, esos éxitos son relativos.
Cuando fue diputado, entró a sustituir a Danilo Medina, quien renunció primero a ser presidente de la Cámara Baja para ser jefe de la primera campaña presidencial de Leonel Fernández, en 1996, y luego para encabezar su gabinete dejó de ser legislador.
Reinaldo no tuvo que hacer mucho esfuerzo para alcanzar la Secretaria General del PLD, le bastó el endoso de la poderosa corriente interna de Danilo Medina, por demás aliada coyunturalmente al saliente titular, José Tomas Pérez.
Como secretario general del PLD, le cayó por peso muerto la Presidencia del Senado, que ocupo por un tiempo prolongado, posición que deja para buscar la candidatura presidencial morada.
A diferencia de Francisco Javier García, con quien resultó empatado en la reciente entrega de la encuesta Gallup Hoy, Reinaldo no está posicionado, ya que su porcentaje de aceptación no es propio, sino que le viene por asociación con el sector del presidente Medina.
La dura realidad indica que las posibilidades de Reinaldo Pared Pérez de hacer un papel decoroso como precandidato, están sujetas indefectiblemente al apoyo que pueda recibir por parte del Presidente Danilo Medina a través del equipo político del mandatario.
Pared Pérez pudo tener excelente plataforma para sustentar sus aspiraciones si hubiese valorado la posición de secretario general que ha tenido a su disposición durante todos estos años, pero a la que no ha sacado provecho.
Por el contrario, la falta de rigor y sistematicidad con que se ha desempeñado Reinaldo al frente de la vocería y administración en el día a día del PLD, constituye la principal fuente de rechazo hacia su figura por parte de las huestes moradas.
Los otros
Radhamés Segura cuenta con un equipo de trabajo que le es fiel y está integrado por cuadros de importancia, curtidos en el trabajo partidario.
Sin embargo, Segura no se muestra muy dispuesto a tomar los riesgos de lidiar en una precampaña y asumir el trabajo a tiempo completo que implica ese proceso.
Más bien, diría que posiblemente se decante por un merecido puesto en la administración pública y probablemente sumaría sus fuerzas al sector del presidente Medina.
De su lado, Francisco Domínguez Brito, con incidencia entre las fuerzas fácticas, ha tenido en este periodo un accidentado paso al frente del Ministerio Público que no le aporta ninguna rentabilidad a su dimensión electoral.