La Fuerza Aérea de EE. UU. ha lanzado este miércoles desde la base de Cabo Cañaveral, estado de Florida, la nave espacial no tripulada X-37B, su cuarto vuelo orbital de larga duración en cinco años. Pero la mayoría de los detalles del viaje se han mantenido en completo secreto.

La misteriosa nave espacial, que es transportada al espacio en un cohete Atlas V, está diseñada para orbitar la Tierra, pero tanto su misión, incluyendo su tecnología a bordo y sus objetivos, como la duración de su vuelo, se mantienen en estricto secreto, informa el diario ‘The Guardian’. El vuelo más largo del X-37B duró 675 días, tras lo cual la nave aterrizó en octubre pasado.

Solamente un detalle ha sido revelado: la Fuerza Aérea estadounidense ha declarado en un comunicado que el X-37B pondrá a prueba un nuevo motor eléctrico descrito como «un dispositivo de propulsión eléctrica que consigue empuje por radiaciones ionizantes y la aceleración de un gas noble, normalmente xenón». La ventaja de utilizar la propulsión eléctrica es que su combustible, el xenón, pesa mucho menos que la hidrazina tradicional.

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Thomas Masiello, General de la División Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea, ha declarado que la misión podría poner a prueba una amplia gama de tecnologías, entre las que ha destacado «comunicaciones seguras (inteligencia, vigilancia y reconocimiento), detección de misiles, predicción meteorológica» y «navegación de precisión». A pesar de su hermeticidad, el Pentágono ha negado a lo largo de los años que las misiones X-37B pongan a prueba capacidades de armamento espacial.

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