El Grupo de los Siete (G7), conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Italia, Japón, Francia y el Reino Unido, dio inicio este domingo a su 41º cumbre en Baviera, al sur de Alemania. Allí, la agenda estará marcada principalmente por la situación económica global, la crisis griega y el conflicto en Ucrania. Además se abordará la situación en Medio Oriente y en África, el cambio climático y la lucha contra el Ébola, entre otros asuntos. La canciller alemana, Angela Merkel, será la anfitriona de la reunión.

El G7 es un grupo de países industrializados que se caracteriza por haber surgido como resultado de los equilibrios de poder luego de la Guerra Fría y, desde entonces, ha mantenido un gran peso en los asuntos internacionales. Recordemos que Rusia pasó a formar parte de este grupo a partir de 1998 (G7 se transforma en G8) pero como consecuencia de la anexión de la península de Crimea el año pasado, ésta fue excluida del grupo y se le aplicaron varias sanciones económicas.

Sin embargo, el rápido desarrollo de nuevos poderes mundiales ha modificado la estructura del sistema internacional, poniendo en tela de juicio la relevancia del G7. La realidad es que la tendencia hacia el policentrismo y la regionalización (representada en la solidez del Mercosur, la Asean y la Alianza del Pacífico, entre otros), asimismo como el aumento del poder de los llamados «países emergentes» como China, Brasil y la India, y el recupero de la fuerza política y económica de Rusia luego de su profunda crisis en la década del ’90, ha reconfigurado el sistema internacional en torno a nuevos polos de poder que se encuentran, hoy en día, por fuera de esta agrupación. Este cambio de fuerzas explica la posterior constitución del G20 en las negociaciones de la OMC.

Lo cierto es que las potencias del G7 se reúnen en el emblemático castillo de Elmau, en medio de un importante operativo de seguridad frente a las multitudinarias protestas en su contra, principalmente, en la ciudad alemana de Garmish-Partenkirchen. Según datos de la policía, se han reunido unas 23.000 personas, convocadas a través de la plataforma STOP G7 Elmau, que protestan contra el Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP) que la Unión Europea (UE) está negociando con los Estados Unidos.

El pasado 05 de junio, The Wall Street Journal informó que la administración Obama estaría considerando nuevas sanciones para contener a Rusia, reforzando las fuerzas armadas aliadas y sus socios potenciales. Por su parte, recordemos que Rusia es el principal proveedor de gas de la Unión Europea- Gazprom- (a través de los gasoductos situados en territorio ucraniano), por lo que la dependencia del continente hacia el gas ruso puede considerarse una condición de moderación de sus políticas.

El otro tema a analizarse durante la reunión será la coyuntura económica global y, específicamente, la crisis griega, luego del anuncio del primer ministro griego Alexis Tsipras en el que informó su decisión de aplazar el pago a acreedores y su negativa a cumplir con las condiciones de austeridad propuestas por éstos. Paralelamente, según la cadena de noticias RT, Tsipras ha sostenido conversaciones con el presidente ruso, Vladimir Putin, con el fin de discutir un memorándum de cooperación para construir un nuevo gasoducto que suministraría gas a Europa a través del país griego.

 

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