Alemania y Rusia tienen claro cómo evitar el espionaje electrónico: con máquinas de escribir
Las filtraciones de Edward Snowden han marcado un antes y un después en el mundo de la vigilancia electrónica. Algunos aliados de Estados Unidos, como Alemania, han mostrado desde el minuto uno preocupación por todas las intercepciones de información que la NSA ha realizado en su territorio. Si hasta la propia Angela Merkel aparece como objetivo de vigilancia en los distintos documentos filtrados, ¿cómo librarse del espionaje? Patrick Sensburg lo tiene claro: con máquinas de escribir.
Sensburg es el presidente del comité parlamentario de inteligencia que se puso en marcha hace unos meses para investigar precisamente qué, a quién y cómo la NSA ha espiado en territorio alemán. Este mismo lunes Sensburg explicaba en televisión lo muy en serio que se estaba tomando dicho comité su cometido y las precauciones de seguridad que estaban tomando, y añadía: «De hecho, tenemos una máquina de escribir, que incluso no es ni eléctronica».
Lo que nos puede parecer una estrategia sorprendente no lo es tanto si tenemos en cuenta que el año pasado Rusia anunció algo similar: una partida de 486.000 rublos (algo más de 10.000 euros) para comprar 20 máquinas de escribir, aunque en este caso electrónicas. ¿La idea? La misma que sugiere Sensburg: volver al papel para evitar el espionaje electrónico y las filtraciones. Los oficiales rusos recordaban, además, que por las características de las máquinas de escribir puede conocerse la procedencia exacta de cada documento.
En el caso de Alemania, tampoco es extraño que estén tomando medidas de seguridad extra. Patrick Sensburg aseguraba en la entrevista a la que hacíamos referencia anteriormente que iba a solicitar una auditoría de sus teléfonos móviles y que todas las comunicaciones entre los miembros del comité se realizaban por canales cifrados. ¿Es suficiente esto para parar el espionaje? Justo hace unos días se detuvo a un agente alemán por colaborar y pasar información a la CIA e incluso un antiguo integrante del comité de inteligencia aseguraba haber descubierto un pinchazo en su teléfono.
¿Son las máquinas de escribir la solución perfecta? Posiblemente no, pero en un mundo tan complicado y donde la NSA parece tener vigilado hasta el más mínimo detalle (incluso en el caso de sus aliados), ¿qué solución lo es?