Madrid, (EFE).- Un pasajero procedente de Lagos (Nigeria) que presentaba fiebre y temblores a su llegada hoy al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas fue trasladado al Hospital Carlos III de la capital española para someterle a pruebas para determinar si ha sido infectado por el virus del Ébola.

Fuentes sanitarias informaron que el pasajero ha permanecido en observación en la zona de aislamiento del aeropuerto hasta su traslado al hospital, en el que está ingresada la auxiliar de enfermería, Teresa Romero, quien fue infectada del ébola cuando atendía a un enfermo con el mismo virus.

El hombre llegó al aeropuerto madrileño en el vuelo AF1300 de Air France procedente de Lagos con escala en París y con destino a Madrid.

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En el avión viajaban 163 personas a bordo: 156 pasajeros, dos pilotos y cinco tripulantes de cabina.

Tras aterrizar, el pasajero fue aislado del resto de los ocupantes del avión, quienes pudieron abandonar la nave después de la llegada de dos médicos con trajes especiales para atender al enfermo.

A los pasajeros que han podido abandonar el avión no se les ha permitido recoger su equipaje ya que, según les ha explicado el personal del aeropuerto, les serán enviado a casa tras la desinfección del avión, que permanece en un aparcamiento de la Terminal 2 custodiado por bomberos y guardia civil.

El ciudadano nigeriano es la segunda persona que ingresa hoy en el citado centro hospitalario de Madrid, después de que lo hiciera una persona considerada contacto de bajo riesgo de la auxiliar de enfermería Teresa Romero.

Se trata de un hombre de edad avanzada que presenta un cuadro de fiebre y que, según fuentes sanitarias, viajó en la misma ambulancia que trasladó a Romero desde su domicilio hasta el hospital.

En el Hospital Carlos III se encuentra ingresada Teresa Romero, el primer caso de contagio de ébola fuera de África y una quincena de personas que mantuvieron contacto con ella antes de ser hospitalizada, entre ellas su esposo. EFE

Madrid, 16 oct (EFE).- La monja guineana Paciencia Melgar quiere dar a conocer su «testimonio vital y misionero» sobre el ébola tras superar la enfermedad y donar su plasma sanguíneo para intentar sanar a la auxiliar de enfermería española Teresa Romero, la primera persona contagiada con el virus fuera de África.

Con ese propósito, la Congregación de las Misioneras de la Inmaculada Concepción (MIC), a la que pertenece, convocó hoy para el lunes una rueda de prensa, en la que Melgar, acompañada de miembros de la orden y de su ONG (Fundación Signos Solidarios), expondrá su experiencia.

El plasma donado por Melgar cuando estaba convaleciente ha servido para tratar a Romero, sobre la que fuentes medicas informaron hoy que ha experimentado una mejoría y que su carga viral se ha reducido.

El plasma de personas que se han curado del ébola es uno de los tratamientos experimentales autorizados por la Organización Mundial de la Salud.

La monja, quien se contagió cuando trabajaba en el hospital San José de Monrovia (Liberia), decidió exponer su caso «ante la expectación y el interés suscitados sobre su persona en los últimos días para contar su testimonio vital y misionero» y su intención de colaborar con los posibles infectados por el virus, según informó dicha orden religiosa.

Con esta iniciativa, la orden quiere «sensibilizar» a la población acerca de los graves efectos de la enfermedad en África occidental y sobre «la necesidad de colaboración y ayuda para combatir la epidemia».

La monja, de 47 años y quien trabajó junto con el sacerdote español Miguel Pajares, fallecido a causa del virus del Ébola, se infectó junto a otros colegas que trabajaban en la ONG Juan Ciudad ONGD, promovida por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

Cuando Pajares y la monja Juliana Bonoha, también de origen guineano con nacionalidad española, fueron repatriados a España para ser ingresados en el hospital Carlos III de Madrid, ambos pidieron que no se olvidará a las personas que, como Paciencia, quedaban en zonas de alto riesgo y con pocos recursos sanitarios.

Melgar consiguió superar la dolencia y, una vez dada de alta en Monrovia, se le pidió que viajase a España para donar su sangre inmunizada al padre Manuel García Viejo, otro sacerdote español infectado por ébola y repatriado desde Sierra Leona.

Al igual que Pajares, García Viejo falleció pocos días después de su llegada a España sin haber recibido el tratamiento a base de plasma obtenido de la sangre de la monja. EFE

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