Impactante historia del hombre que estafa a las aerolíneas y viaja gratis por el mundo
Ben Schlappig es una de las mayores estrellas de un grupo de viajeros de élite obsesionados con burlar a las aerolíneas. Su objetivo: volar gratis lo máximo posible y sin ser descubiertos. Actualmente, este joven de 25 años hace 15 meses que vuela ininterrumpidamente por el mundo y pasa un promedio de 6 horas diarias en el cielo.
«Los aviones son mi dormitorio. Son mi oficina y mi cuarto de juegos (…) soy muy afortunado porque hago lo que me gusta», cuenta Ben Schlappig, un neoyorquino que se pasa la vida en las alturas por muy poco dinero. Siempre viaja con billete ‘business class’, rara vez abandona los aeropuertos y cuando lo hace, solo es para instalarse en hoteles de lujo, informa ‘Rolling Stone’.
A sus 25 años, Schlappig forma parte de un élite de «vividores del aire» que se identifican como ‘hobbyist’ (término tomado de la cultura ‘hacker’) y que actúan movidos por una obsesión: aprovecharse de las grietas existentes en los reglamentos y sistemas informáticos de las grandes aerolíneas. A los 15 años volaba cada fin de semana y a los 17 ya había acumulado más de 800.000 kilómetros en el aire.
El año pasado, cuando dejó el alquiler de su casa tras una ruptura sentimental, decidió deshacerse de la mayoría de sus pertenencias y convertirse en un verdadero ‘hobbyist’ a jornada completa. En abril de 2014, tomó un vuelo en el aeropuerto internacional de Seattle-Tacoma. Desde entonces no ha parado de volar.
En estos momentos Ben es dueño de PointsPros, una consultora dedicada a asesorar a clientes sobre la mejor manera de construir itinerarios de viaje a partir de la aerolínea con la que el cliente acumula más kilómetros. Además, en 2008 creó el blog One Mile At A Time, en el que comenta sus viajes y comparte sus recomendaciones.
¿Cómo ha conseguido llegar donde está?
La afición de Schlappig por los aviones surgió a una edad temprana: cuando aún era un niño jugaba a memorizar modelos de aeronaves. A los 13 años descubrió la web FlyerTalk, un foro donde los usuarios se reúnen para planear estrategias sobre ofertas y poner a prueba la burocracia de las aerolíneas. De ahí aprendió sus principales trucos:
1. Elegir una aerolínea, según los reglamentos y las condiciones de los programas de beneficios que ofrezca, para hacer todos los viajes y así lograr ser un cliente exclusivo y aprovecharse de posibles resquicios legales. Schlappig escogió United Airlines.
2. Inscribirse en tantos programas de recompensa de tarjetas de crédito asociadas a aerolíneas como sea posible. De esta forma, se amasan puntos por compras que en última instancia no suponen un desembolso real de dinero.
3. Aprovechar los fallos en los algoritmos que rigen el funcionamiento de los sistemas de venta de billetes de las aerolíneas. Algunos ‘hobbyists’ programan sus propias piezas de ‘software’ para rastrear los errores y las tarifas erróneas en estos sistemas.
«El hecho es que estamos golpeando a las aerolíneas con su propio juego. La gente que maneja esos programas (los algoritmos de las aerolineas) son idiotas y nosotros siempre vamos un paso por delante», afirmó Ben en el marco de una reunión de los mejores talentos del hobby.
actualidad/rt