El amor al béisbol me mantiene en juego
A pesar de esto a sus 4 2años Manny Ramírez se mantiene en el campo presentando la batalla con peloteros a quienes ampliamente aventaja en edad.
Quizás en el pensamiento de Ramírez no está nunca igualar las casi tres décadas que permaneció su compatriota Julio Franco accionando en el campo, empero el bateador de .312 de promedio, 555 jonrones y 1,831 remolcadas durante 19 temporadas en Grandes Ligas espera jugar hasta que sus fuerzas lo permitan.
Eso es lo que este 12 veces Todos Estrellas registra con las Aguilas Cibaeñas, la misma franquicia de la cual se apartó durante 18 años y a la que retornó hace un par de estaciones, luego que su valor en las Mayores se redujo producto de su edad y de un par de suspensiones por parte de la Oficina del Comisionado de Grandes Ligas por consumo de sustencias prohibidas.
Celebridad en béisbol RD
Sin proponérselo ha establecido varios récords en la Liga Dominicana, entidad en la que nadie que haya superado los 500 bambinazos en la gran carpa había jugado en este béisbol, incluso es propietario de la mayor cantidad de estos batazos en postemporada, en su caso suma 23. El se ha convertido en una celebridad en la pelota dominicana.
Aunque ya sus viajes para jugar al béisbol no se realicen en asientos de primera clase, que no sea el foco de atención de periodistas como antes, que en su equipo no tenga el protagonismo de un 2004 cuando conquistó el premio de Más Valioso en la Serie Mundial conquistada por Boston ante los Cardenales, Manny expresa que aún adora el jugar al béisbol y espera permanecer de esta forma hasta que Dios se lo permita.
“Esto es lo que me gusta hacer y mientras me encuentre en facultades estaré en el campo, pienso que aún puedo aportar y cada día trato de salir afuera a divertirme un poco con los muchachos”, sostiene Ramírez, tras conversar con Listín Diario durante la primera visita de las Aguilas al estadio Quisqueya la pasada semana.
Apegado a Dios y sus doctrinas, divorciado de esa forma estrafalaria de vestir y sobre todo de pensar, los cambios en la actitud de Manny se identifican tan pronto se le acerca a su persona, tan así que por momentos se hace pensar que es uno de los tantos novatos promisorios que tienen las Aguilas y no un jugador, quien en dos años figurará por primera vez en las papeletas para ingresar a Cooperstown.
Su buen físico aún le mantiene golpear la pelota con fortaleza y sacar el bate rápido, no tanto como en su mejor época en la que desde 1995 hasta el 2010 registró average superior a los .290, Ramírez asegura que tiene mucho que aportar para las Aguilas, conjunto que se encuentra en el cuarto puesto en la tabla de posiciones con foja de 6-6.
“El señor me pondrá en mi corazón cuando llegue el momento de retirarme, pero ahora solo pienso en salir afuera y divertirme un poco”, señala el jugador, quien actualmente batea para .243 (37- 9) con dos dobletes, un vuelacercas y ocho remolcadas en 10 partidos.
Le fascinó trabajo como coach
Ramírez expresó que disfrutó mucho su labor como coach de bateo en el equipo triple A Iowa, de los Cachorros de Chicago, donde laboró con los principales prospectos que tiene esa organización en 2014.
“Me gustó mucho trabajar con los jóvenes y espero retornar el próximo año”, agregó el pelotero, quien compartió esta posición con la de bateador activo en que promedió .222 (72-16) con un trío de jonrones y 10 remolcadas.
Aunque ya no es ese gran atacante que en el pasado atemorizaba al mejor de los brazos, Manny Ramírez está consciente de que aún es capaz de producir en el béisbol y ha escogido al pasatiempo invernal como el termómetro para demostrarlo.