Un total de 18 incendios permanecían activos y miles de personas seguían evacuadas de sus casas el lunes en California, donde la histórica sequía que atraviesa el estado está complicando el trabajo de los bomberos.

El fuego de Chorro (Chorro Fire, en inglés) se convirtió la tarde del domingo en el último contra el que hacen frente las autoridades estadounidenses, según explicó el lunes Alisha Herring, portavoz del departamento CalFire.

Por ahora ha quemado 30 hectáreas del condado de Ventura, apuntó.

El más virulento de todos sigue siendo el fuego de Rocky (Rocky Fire), que hasta ahora ha arrasado con más de 24.200 hectáreas y sólo está controlado en un 12%.

Las llamas afectan los condados de Colusa, Lake y Yolo, situados al norte de Sacramento, la capital estatal, y han forzado la evacuación de más de 12.000 personas, de acuerdo con la portavoz de CalFire.

A pesar de que miles de bomberos luchan contra su avance, el fuego de Rocky ha calcinado 50 estructuras, de las cuales 24 eran viviendas, y amenaza a más de 6.000 edificaciones.

La brutal sequía, las altas temperaturas, los relámpagos, el viento y los complicados terrenos de algunas zonas están permitiendo que los incendios quemen descontroladamente y varias autopistas hayan tenido que ser cerradas.

La gravedad de la situación y la muerte de un bombero el jueves obligó al gobernador Jerry Brown a declarar el estado de emergencia para disponer de todo el presupuesto y material necesario.

«Nuestros bomberos están en primera línea y haremos cualquier cosa para ayudarlos», afirmó.

AFP

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