Londres,

La muerte por envenenamiento del ex espía ruso Alexander Litvinenko en 2006 en Londres plantea cuestiones «de extrema gravedad», incluida la posible participación del Estado ruso, afirmó hoy el juez británico Robert Owen.

Owen hizo estas afirmaciones al inaugurar la investigación oficial pública de la muerte del ex agente secreto, autorizada por el Gobierno británico ocho años después del suceso tras presiones de la viuda, Marina Litvinenko, que ganó un proceso judicial.

La ministra británica del Interior, Theresa May, autorizó finalmente el pasado julio una investigación judicial independiente, después de haberla descartado inicialmente al considerar que podría perjudicar las relaciones con Rusia y la seguridad nacional.

Al abrir hoy la primera sesión, el juez forense Robert Owen -quien también solicitó que la investigación fuera amplia y pública- subrayó que la sustancia que se utilizó para envenenar a Litvinenko, polonio-210, pudo haberse usado para «matar a un gran número de personas o para propagar el pánico y la histeria entre la ciudadanía».

El magistrado añadió que hay pruebas que aparentemente apuntan a la implicación del Estado ruso, lo que comparte Marina Litvinenko, que ha acusado al presidente ruso, Vladimir Putin, de ser responsable de la muerte de su esposo.

El ex espía del KGB, muy crítico con el régimen de Putin y que estaba exiliado en el Reino Unido desde el año 2000, murió el 23 de noviembre de 2006 en un hospital, a los 43 años, envenenado con la sustancia radiactiva polonio-210, tres semanas después de haber tomado té en un hotel de Londres con dos antiguos colegas rusos, Andrei Lugovoi y Dmitry Kovtun.

Owen dijo hoy que se ha invitado a estos dos sospechosos, a los que Rusia se ha negado a entregar a las autoridades británicas, a declarar por videoconferencia, lo que espera «que acepten».

Durante la audiencia de hoy, el abogado de la acusación, Robin Tam, hizo un repaso de la historia del caso, que en 2006 conmocionó a la opinión pública y que aún hoy parece propio de una película de espías.

Tam adelantó que, durante el proceso, se analizará si la muerte de Litvinenko pudo estar ligada a su apoyo al empresario ruso Boris Berezovsky, también exiliado en el Reino Unido y perseguido por el régimen de Putin, que en marzo de 2013 apareció ahorcado en su mansión inglesa, en un aparente suicidio.

El abogado también reveló detalles del pasado de Litvinenko, que en 1998 denunció públicamente corrupción en el Servicio Federal de Seguridad ruso (sucesor del KGB), al que pertenecía.

Después de hacerlo, fue encarcelado casi un año y posteriormente liberado; mientras esperaba su juicio, huyó al Reino Unido con Marina y el hijo de ambos.

«¿Podría ser que las acciones de Litvinenko en Moscú en noviembre de 1998 llevaran a que fuera envenenado en Londres ocho años después?», se preguntó Tam.

Tam explicó además, en otro interesante giro en esta historia, que el ex agente ruso había servido en la primera guerra chechena, en 1995, se había solidarizado con la causa y se había convertido al islam antes de su muerte.

Ya en el Reino Unido continuó haciendo campaña contra Putin, acusándole en 2006 de pederastia en una web chechena, lo que éste pudo haber percibido como «algo irritante o mucho peor», apuntó el letrado.

Durante la investigación que hoy comenzó se analizará si la colaboración de Litvinenko con el servicio de espionaje británico MI6 pudo ser también un acicate para su muerte, precisó Tam, quien recordó que la víctima pudo también haber trabajado para los servicios secretos españoles.

Efe

 

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