Washington,
La Casa Blanca dijo ayer a Efe que tratará de evitar que se publiquen correos electrónicos que el presidente de EE.UU., Barack Obama, intercambió con la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, pese a la investigación abierta contra esta por su uso para asuntos laborales del correo personal.

Un alto funcionario de la Casa Blanca, que pidió el anonimato, indicó a Efe que el Gobierno estadounidense «espera» que los correos electrónicos que Obama y Clinton intercambiaron «ocasionalmente» mientras la segunda era secretaria de Estado (2009-2013) no se publiquen hasta que el presidente termine su segundo mandato.

«Esperamos que estas comunicaciones se hagan públicas, junto al resto de los documentos del presidente, después de que él abandone el cargo», indicó el alto funcionario, quien recordó que existe un «largo historial» de comunicaciones presidenciales que se han mantenido en la confidencialidad hasta que el presidente ha dejado el cargo.

«Es un principio que las anteriores administraciones han defendido vigorosamente, ya que garantiza la capacidad del presidente de recibir consejos sin tapujos mientras está en el Gobierno», apuntó.

El Departamento de Estado de EE.UU. publicó hoy más de 7.000 páginas de correos electrónicos de Hillary Clinton, la tanda más extensa hasta ahora de mensajes transmitidos por la aspirante presidencial demócrata durante su etapa como secretaria de Estado.

La divulgación responde a la orden del juez federal Rudolph Contreras, quien instruyó al Departamento de Estado a divulgarlos mensualmente y hasta enero de 2016 tras revelarse que había usado una cuenta privada de correo electrónico para asuntos de interés nacional mientras estaba en el Gobierno.

La exsecretaria de Estado ha asegurado que ninguno de los mensajes que recibió estaban marcados como clasificados, y hasta ahora el Departamento de Estado ha incluido en esa categoría entre 600 y 700 correos pertenecientes a Clinton.

La propia Clinton entregó 55.000 páginas de correos electrónicos de esa etapa al Departamento de Estado para que fueran revisados y publicados, pero el caso ha generado interrogantes sobre si trató indebidamente información clasificada del Gobierno al usar su cuenta personal.

EFE

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