La histórica ciudad de Higüey fue fundada por Don Juan de Esquivel, durante el gobierno de Nicolás de Ovando, hacia el 1505 o poco después. Su nombre primitivo fue Salvaleón de Higüey y blasonada con el escudo de armas y el título de Villa, en 1508, concedido por el Rey de España. La ciudad original estaba ubicada más cercana a la costa sur de la Isla y fue’ trasladada al sitio actual varios años después.

Fue el primer Santuario dedicado a la Virgen María en América. Del primer Santuario la fecha exacta de su construcción se desconoce. En 1512 el Obispo García de Padilla erigió la parroquia de Higüey al mismo tiempo que se erigía la Catedral de Santo Domingo.

Según el cronista Alcocer, que escribió en 1680, el culto de Nuestra Sra. de la Altagracia fue introducido en la isla por Alonso y Antonio de Trejo, naturales de Placencia, Extremadura, España, quienes vivían en Higüey ya en el año 1514.

La primitiva iglesia era de madera; fue destruida por un fuego, lo que dio lugar a la construcción del Santuario de piedra que ha estado en uso hasta ahora. El 21 de agosto de 1881 fue arruinado por un temblor de tierra; luego se reconstruyó con las limosnas de los higüeyanos.

El templo, o sea, el antiguo Santuario, fue comenzado en el año 1569 por obra de Simón de Bolívar, antepasado directo del Libertador de América del Sur, y fue terminado por Alonso de Peña en 1572. Esta sólida construcción ha resistido inmóvil como una roca toda inclemencia del tiempo.

Tiene una sola nave sobria, con techo en forma de bóveda, que sostienen cinco arcos de elegante sencillez y robustez. La cúpula forma una media naranja completa y una concha cobija el sitio que ocupa el altar mayor. Una estrella formada de piedra es la decoración de la cúpula; en los arcos lucen incrustaciones de series de rosetones.

El altar mayor, en cuyo centro se destaca el nicho de plata que ha guardado el Santo Retablo, es obra del siglo XVI, magnífica, ejecutada en rica caoba tallada a mano. La mesa del altar luce un artístico frontal de plata, metal que cubre también la grada y el Sagrario. La parte anterior es sencilla, así como la torre o campanario de escasa elevación.

Una tradición respetable refiere que la Virgen llegó a Higüey de una manera milagrosa, siendo el premio de Dios otorgado a una niña de Higüey, la cual la pidió insistentemente a su padre después de verla en sueño. El padre recibió la imagen de un anciano desconocido en una posada al regresar a su casa, de un viaje a Santo Domingo.

La fiesta anual del Santuario se celebra el 21 de enero. Esta fiesta tiene su origen en un voto que hicieron los soldados de la región Oriental de la Isla el 21 de enero de 1691, durante el combate de Sabana Real o Limonade en la frontera con la colonia de Haití.

La imagen auténtica de María, es un lienzo que representa de manera admirable su maternidad divina, está rodeada de un marco de oro y plata, incrustado de piedras preciosas, destacándose unas ricas esmeraldas rodeadas de brillantes, que su Santidad Pío X regaló al Arzobispo Nouel, pero que éste donó a la Virgen. En el Santuario hay otros objetos de valor; una gigantesca y artística custodia de la era colonial y, un elegante trono de plata con incrustaciones y campanillas de oro del año 1811, usado para sacar en procesiones del Santuario el Sagrado Cuadro; un vistoso guión de plata obsequio del presidente de la «REAL ACADEMIA DE SANTO DOMINGO», en el año 1737, etc.

Hoy la joya de mayor valor histórico, religioso, espiritual y material con que cuenta el Santuario es la hermosa corona de oro y piedras preciosas rematadas en una cruz de diamantes que sostienen dos ángeles de plata dorada de siete Kls. de peso, que fue donada por el pueblo dominicano a la Virgen «Para su Canónica y Pontificia Coronación», celebrada en el altar de la Patria el 15 de agosto de 1922.

BASÍLICA:

Lanzada la idea por un sacerdote dominicano de la necesidad de la construcción de un suntuoso templo en la Villa de Higüey que sustituyera el humilde y vetusto santuario, que desde cuatro siglos había albergado a millares de peregrinos de todo el mundo, el pueblo acogió con inusitado entusiasmo esa feliz iniciativa que el gobierno apoyó y patrocinó con la creación de una junta Nacional Colectora Pro Basílica y una «Junta Erectora» encargada de la parte técnica y administrativa para esa construcción.

El proyecto de la Basílica se sometió a un concurso internacional en el cual tomaron parte arquitectos e ingenieros de doce países: Santo Domingo, Cuba, Ecuador, Haití, Paraguay, Perú, Bélgica, España, Francia, Holanda e Italia. Después de un estricto y minucioso estudio de los proyectos. El jurado seleccionó y premió el presentado por los arquitectos franceses A. Dunoyer de Segonzac y Pierre Dupré.

La primera piedra de la Basílica fue bendecida por el Arzobispo Mons. Octavio A. Beras el 21 de enero de 1952. La obra está edificada sobre un área de 4680 mts. cuadrados. El carácter moderno del templo constituye una línea audaz y elevada dentro de la arquitectura moderna. El arco principal del templo se eleva a 80 mts. El interior está constituido por una nave principal y crucero cubierto por un conjunto de bóvedas que penetran para reforzarse y escalonarse majestuosamente.

Las capillas de las naves laterales del presbiterio están dedicadas a los oficios divinos, el presbiterio secundario al camarín de la Virgen por donde desfilan los peregrinos para venerar la Sagrada Imagen. El Sagrado Cuadro descansa en un simbólico naranjo confeccionado en caoba, plata y oro, obra del conocido escultor Antonio Prats Ventos.

El interior del templo tiene capacidad para 3,000 personas y en la parte externa hay amplias galerías cubiertas al amparo del sol y de la lluvia que pueden dar protección al peregrino.

Hermosos vitrales y decoraciones originales realzan la belleza de la obra arquitectónica, unida a las artísticas pinturas murales y a la voz múltiple del órgano. El conjunto del templo, atrio, pórtico, sacristía, patio y jardín abarca un área de 40,000 mts. cuadrados.

La Basílica está situada así: Al este se hallan los principales edificios públicos formando la Avenida en cuyas líneas se encuentra el Santuario y la mayor parte de la ciudad.

Al norte se encuentran Villa Nazaret, el Hospital Provincial y el Colegio de Ntra. Sra. de la Altagracia.

Al oeste está la entrada de Higüey, cuya avenida está entre el hotel «El Naranjo» y la Escuela Juan XXIII.

Al sur se encuentran el ensanche el Naranjo, el Liceo Secundario, la Escuela Hermanos Trejo y el Cuartel del Ejército Nacional.

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