ALBANY, Nueva York, EE.UU.

Mario Cuomo, hijo de inmigrantes italianos que se volvió un elocuente portavoz de una generación de demócratas liberales durante sus tres periodos en la gubernatura de Nueva York, ha muerto. Tenía 82 años.

Cuomo falleció el jueves en su casa de un paro cardiaco, el mismo día que su hijo Andrew comenzó su segundo mandato como gobernador del estado, de acuerdo con un comunicado de la oficina del gobernador de Nueva York. Estaba acompañado por su familia.

Cuomo fue una presencia mayúscula en la política de Nueva York como gobernador de 1983 a 1994, y ganó renombre a nivel nacional por su capacidad para enlazar la historia de su humilde niñez con exhortos para una mayor justicia social.

Pero también fue conocido por las contiendas presidenciales de las que se alejó, en 1988 y 1992. El sufrimiento de Cuomo sobre la posibilidad de postularse a la Casa Blanca era tan conocido que era apodado «Hamlet en el Hudson»

En 1991, Cuomo mantuvo un avión con los motores en marcha sobre la pista en el aeropuerto de Albany en lugar de volar a Nueva Hampshire para entrar en la lucha por la nominación presidencial en el último minuto. Dejó esa posibilidad abierta para un gobernador menos conocido: Bill Clinton, de Arkansas.

La última aparición pública de Cuomo fue en noviembre, cuando su hijo Andrew fue reelegido gobernador de Nueva York. Padre e hijo levantaron los brazos juntos en señal de celebración. No asistió el jueves al discurso inaugural de Andrew Cuomo porque no se sentía bien, pero el actual gobernador se refirió a su padre.

«Habita el corazón y la mente de todas las personas que están aquí. Está aquí y aquí, y su inspiración, su legado y su experiencia es lo que ha traído a este estado a este punto», dijo Andrew Cuomo. «Así que démosle un fuerte aplauso».

Mario Cuomo tuvo su principal éxito político en 1982, cuando siendo vicegobernador de Nueva York, ganó la nominación demócrata para la gubernatura en una derrota sorpresiva para el alcalde de Nueva York Ed Koch.

Después venció al republicano Lewis Lehrman.

 Su reputación como orador elocuente se afianzó en la Convención Nacional Demócrata de 1984, cuando pronunció su discurso «Historia de dos ciudades», en el que compartió las lecciones que aprendió como hijo de un tendero en la ciudad de Nueva York.

«Veía a un hombre pequeño con gruesos callos en las manos trabajar 15 o 16 horas al día», dijo Cuomo a la multitud. «Una vez lo vi sangrar, literalmente, de los pies. Era un hombre que vino aquí sin educación, solo, incapaz de hablar el idioma local, que me enseñó todo lo necesario sobre fe y trabajo duro con la simple elocuencia de su ejemplo».

Los embelesados delegados en San Francisco vitorearon: «Mario, Mario, Mario», y algunos se preguntaban si habían elegido al candidato presidencial equivocado: Walter Mondale.

Así como era elocuente, también era pendenciero. Con frecuencia alegaba con reporteros, republicanos, copartidarios e incluso con niños. Una vez dijo: «No vine aquí a ser blando», y rara vez lo era.

En una ocasión casi hizo llorar a un niño después de preguntarle cuántos años tenía y luego presionarlo sobre cómo podía estar seguro de ello.

 A principios de 1987 se hallaba al frente de las encuestas entre los posibles aspirantes a la Casa Blanca cuando dijo que no sería candidato.

En 1991 la danza se alargó más tiempo. Cuando faltaban 90 minutos para que concluyera el plazo para inscripción de candidatos, entró en una atiborrada conferencia de prensa y dijo que la batalla presupuestaria con los republicanos de Nueva York era la causa para no postularse a la presidencia.

Los reporteros empacaron sus cámaras de video incluso antes de que terminara la conferencia.

Cuomo ganó fácilmente las reelecciones para gobernador en 1986 y 1990. En 1993 rechazó la oportunidad de ser nominado por Clinton para ocupar un lugar en la Corte Suprema federal.

Diecinueve meses después, Cuomo perdió las elecciones para gobernador ante George Pataki, un legislador republicano que había prometido reducir impuestos y restaurar la pena de muerte.

Mario Matthew Cuomo nació el 15 de junio de 1932 y creció en la trastienda del expendio de sus padres en Queens.

Se graduó de la Escuela de Leyes de la Universidad St. John de la ciudad de Nueva York en 1956.

Cuomo y su esposa Matilda tuvieron tres hijas y dos hijos.

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