El narcotraficante mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán, se escapó el sábado de una cárcel de alta seguridad. La fuga es un nuevo golpe para el gobierno de Enrique Peña Nieto, una suerte de humillación para su política de seguridad.

Luego de volver a dejar en ridículo a las fuerzas de seguridad mexicanas al escapar de la cárcel por un túnel de 1,5 kilómetros, Joaquín “El Chapo” Guzmán nuevamente se ha transformado en el hombre más buscado de México.

Tras escapar el sábado de una cárcel de alta seguridad a través de un cómodo e iluminado túnel, “El Chapo” ha vuelto a abrir un nuevo capítulo en la historia narco de México. Y además logró humillar al gobierno de Enrique Peña Nieto.

Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, más conocido como “El Chapo” nació en abril de 1957 en La Tuna, un pequeño poblado en el estado de Sinaloa, en una familia de campesinos pobres.  Cuando era un adolescente, huyó de su pueblo natal.

En los años 80 se introdujo en el mundo de los narcos mexicanos gracias a Miguel Angel Gallardo, más conocido como El Padrino, uno de los más grandes lores de la droga en México y quien lo instruyó en el cartel de Guadalajara. Ahí se hizo cargo de las operaciones de transporte de cocaína provenientes de Colombia hacia Estados Unidos y una de sus principales funciones fue establecer contacto con los narcos colombianos del cartel de Medellín. También tomó un papel protagónico en una sangrienta disputa con el cartel de Tijuana, comandado por los hermanos Arellano Félix.

En 1989 arrestaron a Gallardo y el cartel de Guadalajara se partió en dos. Guzmán creó entonces el cartel de Sinaloa y varios de sus viejos socios se convirtieron en sus enemigos.

El 24 de mayo de 1993, los hermanos Arellano Félix, quisieron matar  “El Chapo” en el Aeropuerto de Guadalajara. Pero sus sicarios habrían confundido el auto de Guzmán, un Ford Grand Marquis, con el del cardenal Juan Jesús Posadas, que murió junto a otras seis personas al recibir las balas que iban destinadas al narcotraficante.

El suceso puso a “El Chapo” Guzmán en todas las portadas de los medios mexicanos y el gobierno comenzó una cacería para detenerlo. Dos semanas después fue arrestado en Guatemala y trasladado a la cárcel de alta seguridad de Almoloya de Juárez. Ahí intentó escapar, pero al no tener éxito fue trasladado a la cárcel de alta seguridad de Puente Grande, en Jalisco. Al momento de su detención, el 70% de los mexicanos dudaban que el gobierno sería capaz de retenerlo.

Así, pasó ocho años tras las rejas hasta que protagonizó la primera de sus fugas cinematográficas: “El Chapo” logró escapar en enero de 2001 cubierto de sabanas y toallas en un carrito de la lavandería. A sólo días de que el Presidente Vicente Fox, asumiera en el cargo, en diciembre de 2000.

Entonces se supo que para ese día, tenía sobornado a casi la totalidad de los guardias de la cárcel, algo que además le permitió tener una vida cómoda y llena de privilegios en la cárcel.

No sólo comía alimentos preparados a su gusto, sino que también recibía visitas de mujeres en su celda y llegó incluso a organizar fiestas dentro del penal.

La Fiscalía mexicana acusó entonces a 62 personas, entre funcionarios, custodios y reos del centro penitenciario, por el escape.

Tras recuperar la libertad, “El Chapo” recuperó el control de su cartel y luego de una serie de alianzas con otros narcos creó “La Federación”, organización que controló buena parte del negocio de la droga en el país. Se le acusó de introducir 200 toneladas de droga en Estados Unidos entre 1990 y 2008. Su negocio se cifra en US$ 5,8 mil millones.

A “El Chapo” se le atribuyen tres mujeres con las que habría tenido nueve hijos. Uno de ellos murió asesinado a manos de sicarios en 2008 producto de una rencilla interna en la organización. El Chapo compró 50.000 rosas  para su entierro.

Tras la muerte de Osama bin Laden en 2011, el narco mexicano se convirtió en el hombre más buscado del mundo. Sus distintas excentricidades le han valido comparaciones con el colombiano Pablo Escobar, con distintos mitos a su alrededor. La revista Forbes lo nombró como uno de los hombres más ricos del mundo, con una fortuna en 2010 superior a los US$ 1.000 millones. Se le atribuyen entre 2.000 y 3.000 muertes. Y en 1993 desmantelaron un zoológico que tenía en una de sus casas, con tigres, leones y osos.

La manera en que realizó su último escape no es algo nuevo para “El Chapo”. No por nada es llamado “el Señor de los túneles” ya que sólo en Baja California, Sonora y Chihuahua, la DEA atribuye a su organización un centenar de túneles para burlas los controles fronterizos.

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