SANTO DOMINGO.-

El análisis de coyuntura expuesto este sábado por la entidad social y educativa de la Compañía de Jesús en República Dominicana ‘Centro Bonó’, califica el Plan Nacional de Regularización de Extranjeros como una «oportunidad histórica», y muestra su respaldo a la actuación Gobierno dominicano.

Este informe llega en medio de las criticas internacionales a la política migratoria del país, y de las presiones ejercidas sobre el Estado dominicano por parte de diferentes países y organismos, que han acusado a la nación de incurrir en supuestas violaciones de los derechos humanos.

La organización apoyó la posición del ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, que exigió al primer ministro de Haití, Evans Paul, que se retracte de sus afirmaciones sobre la supuesta deportación de 21 personas de procedencia haitiana que contaban con la debida documentación.

El religioso y directivo del Centro Bonó, Pablo Mella, señaló que «el ministro Montalvo pensó muy bien las cosas e incluso nos consultó» antes de actuar, y consideró que el gobierno debe mantener una postura moderada para continuar el proceso que busca organizar el registro de extranjeros que viven en República Dominicana.

Además, calificó de «irresponsables e inadecuadas» las declaraciones de las autoridades haitianas, incluyendo las que hizo presidente haitiano, Michel Martelly, durante la 36ª Cumbre de la Comunidad del Caribe (CARICOM), asegurando que «las deportaciones masivas e indiscriminadas de haitianos amenazan con socavar el proceso y la fragilidad política del país».

Las autoridades haitianas deben dirigir cualquier denuncia, en primer lugar, a las mismas autoridades dominicanas que, reiteradamente, han manifestado su disposición a colaborar para que todo salga lo mejor posible, dentro de la fragilidad de un proceso antes nunca visto, expone el análisis.

Un llamado similar hace a los gobiernos del CARICOM, cuyos pronunciamientos descalificadores parten de informaciones sesgadas, lo que no ayuda a transformar el clima de crispación política existente en la región.

Mella, que lleva más de 15 años de trabajo con inmigrantes junto a la Compañía de Jesús, cree que, en este punto, debe prevalecer una actitud de colaboración sincera.

«No es el momento de intervenir en el debate público sobre el plan para sacar alguna ventaja sociopolítica, ni para desahogar identidades sociales atravesadas de resentimientos y agresividad».

A su entender, «lo primero que se debe eliminar es la actual polarización discursiva entre el plan como éxito y el plan como fracaso», ya que «estas categorías no ayudan a caminar con paso firme hacia el futuro que todo el mundo anhela, a saber, un mundo razonablemente justo, en el que convivamos en paz y armonía».

El informe señala a los medios de comunicación como parte responsable, y los exhorta a informarse y a conocer de cerca los procesos que afrontan los inmigrantes en situación irregular en República Dominicana para evitar exageraciones y distorsiones de la realidad.

«Los medios, sobre todo norteamericanos, y en menor medida españoles, con algunos datos que son verosímiles o que tienen algún fundamento, exageran y crean una imagen negativa del país que no debe ser, no es correcto como apego a la verdad», apunta.

En este sentido, critica la manera en que se han dibujado algunas historias e invitó a la prensa a matizar la forma en la que presentan las noticias y elaboran sus titulares, ya que «no están siendo justos con lo que está sucediendo en este momento».

El análisis invita a las ONG internacionales de derechos humanos a evitar un lenguaje confrontador y unilateralmente descalificador» cuando elaboren sus informes y, dado lo novedoso del proceso, deberán señalar los aciertos para reforzarlos, e indicar de manera positiva los errores que se han cometido.

A la ciudadanía dominicana en general, la invita a abandonar el tono airado y a distinguir bien los distintos aspectos que intervienen en este proceso.

El Centro Bonó llama al Gobierno dominicano a mejorar su estrategia comunicativa para ayudar a los inmigrantes y a la población dominicana a aclarar la situación, así como a seguir manteniendo la transparencia en el proceso, y a adoptar procedimientos orientados a respetar los derechos humanos.

Los esfuerzos comunicativos no deben dirigirse solamente en estos momentos al «lobby internacional», sino también a edificar a los directamente afectados por este proceso, que son las personas inmigrantes más pobres, añade.

EFE

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