Santo Domingo,
El acuerdo de los líderes del PLD para subsanar la grave crisis que vivió ese partido desde el pasado 19 de abril, cuando se reunió su comité político, dejó al presidente Medina en la libertad de ir a la reelección y evitó posiblemente la expulsión del doctor Fernández.

Ambas cosas eran parte de un supuesto al cual se arriesgaba el principal partido del país, puesto que el presidente Medina estaba firme en su derecho a otra postulación y el expresidente alegó la defensa de principios y se erigió en “guardián” de la Constitución.

Su posición resumida en el discurso que pronunció el pasado lunes ante un país ansioso, consideró el proyecto de reforma de la Constitución como “inaceptable” y abogó por un referendo que confirmara si los electores daban permiso para la modificación.

El discurso del expresidente Fernández pareció haber trazado una raya insuperable entre su sector y el del presidente Medina. Se levantaron voces pidiendo la expulsión del exgobernante, quien al parecer perdió apoyo público y del gran empresariado del país.

En poco menos de 48 horas, entre la noche del lunes y la madrugada del miércoles, se fraguó un acuerdo donde el exgobernante retiraba su posición sobre el referendo y autorizaba a sus congresistas a respaldar el proyecto de reforma, ya aprobado por el Senado.

La situación vista simplemente daba una ganancia de causa inmediata al presidente Medina, pero el acuerdo de los dos sectores dejaba al ex presidente con algunas garantías prácticas; se salvaba de la expulsión y resguardaba las aspiraciones de sus congresistas.

Visto paso a paso la grave crisis política que vivió el PLD y el país y su solución final, parecería muy claro que el doctor Fernández no debió correr la aventura y que, aceptando un cuatrienio sabático, habría preservado a sus legisladores y evitado un disgusto insuperable con Medina.

Para cuando ocurrió la reunión del comité político en abril, era evidente que la reelección del presidente Medina, por unas u otras razones tenía el favor de muchos dirigentes partidarios y dominicanos simples que no arriesgarían lo que tienen ahora.

Todo menos el poder
El presidente Medina, quien se encerró en el Palacio Nacional y de martes a miércoles pospuso algunos compromisos oficiales, estaba dispuesto a negociar cualquier cosa menos el poder presidencial, y casi seguramente la Vicepresidencia.

La Vicepresidencia no aparece mencionada en el acuerdo de 15 puntos firmado entre los líderes del PLD, aunque los rumores antecedentes señalaban que una sugerencia del doctor Fernández era que se reservara el puesto para la doctora Margarita Cedeño.

Quizás el doctor Fernández creía que estaba acorazado pero no lo era tanto. Su posición era de principios, de defensa de la Constitución y en de apoyo al referendo. Al final se tranzó por sus amigos legisladores, gente que lucha a muerte por mantener sus puestos.

Está muy claro en el punto 3 que dice: hacer reservas, en sentido general, de cara a las elecciones del 2016 de las candidaturas a las senadurías y de la Cámara de Diputados que ostentan actualmente los compañeros y compañeras en ejercicio”.

Además en el punto 5: mantener a los actuales incumbentes de las alcaldías y de los distritos municipales, siempre y cuando se demuestre un buen posicionamiento electoral en sus respectivas comunidades, excluyendo las candidaturas reservadas para fines de alianzas”.

Se cree que la presión de esos legisladores y munícipes influyó mucho en que el doctor Fernández tuviera que claudicar. Uno de ellos, Félix Bautista, sometido a juicio y para quien la reelección es cosa de vida o muerte, pareció de los más activos en lograr el acuerdo.

Las relaciones entre el presidente Medina y el doctor Fernández han quedado bien maltrechas. Se supo que el presidente le dijo a alguien que le sugirió una reunión de ambos, que no quería verlo. El punto 12 deslinda los campos de trabajo en la campaña. El presidente Medina se ocupará de la suya y Fernández de las congresuales y municipales.

Cámara aprobará
Con la segura aprobación de la Cámara de Diputados del proyecto de reforma constitucional y el acuerdo de “no accionar ni entablar instancias de apoderamiento a las denominadas altas cortes del país”, una reelección pudiera ser arrolladora.

El doctor Fernández pareció haberse quitado un enorme peso de encima porque al inaugurar con un discurso en la Universidad Católica de Santo Domingo, la licenciatura en ciencias políticas el jueves, lució un rostro distendido, como el dominador del discurso de auditorio.

Medina tiene ante sí la continuación de su régimen hasta el 2020, que sigue siendo bien valorado por la mayoría de los dominicanos aunque ha perdido puntos en esa valoración según dijo esta semana la encuestadora Penn Schoen and Berland, algo comprensible al recomponerse el tablero político con la presencia de Luis Abinader como candidato del PRM.

El presidente, erigido como gran líder, tiene en carpeta el sensitivo tema de la regularización de los extranjeros, haitianos en su mayoría.

Por los haitianos pidió compasión el papa Francisco en el Vaticano, durante la visita ad limina de los obispos dominicanos, una crítica de que ellos no habían hecho suficiente.

El doctor Fernández luego de v ocurrido y volviendo a la realidad de solo actuar por los principios y no buscar cargos ni puestos, podría proyectar su imagen para las elecciones de 2020, como hizo siempre en su caso José María Velasco Ibarra, elegido cinco veces en el Ecuador.

Lo vi en la ciudad de Ibarra, capital de la provincia Imbabura, erguido, siempre con terno oscuro y un discurso en sus labios. Se le consideraba tan honesto que cuando murió en Buenos Aires en 1979, no tenía dinero para su funeral.

Fernández tiene el récord en su partido. Ha gobernado tres veces y ha dejado obras materiales importantes por las cuales las generaciones lo recordarán, como el Metro de Santo Domingo, objeto de admiración y de servicio para los ciudadanos, para solo mencionar una.

Guarionex Rosa/ listindiario.com

 

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