Las protestas van en aumento en los territorios palestinos este jueves, primer día de la huelga general de tres días convocada por las diferentes facciones palestinas contra la decisión de Donald Trump de reconocer a Jerusalén como capital israelí, una decisión que rompe la línea diplomática aplicada no sólo por Estados Unidos, sino por toda la comunidad internacional desde los años 80.

El seguimiento de la huelga está siendo muy amplio, según las primeras informaciones, sobre todo, en Jerusalén Este, donde los comercios y bazares están cerrados, al igual que las escuelas y universidades.

Además, como parte de esos “días de la ira“, a mediodía de este jueves hay convocadas manifestaciones en todas las localidades palestinas y en Jerusalén Este, la parte árabe de la ciudad.

 

Para prepararse ante un previsible aumento de la violencia, el Ejército israelí ha anunciado este jueves que va a desplegar fuerzas adicionales en el territorio palestino ocupado de Cisjordania y que otros batallones estarán en alerta, listos para intervenir en caso de necesidad. El portavoz militar no ha especificado qué número de efectivos están implicados en esas movilizaciones.

Hamás lanza “una nueva intifada”

Para empezar la jornada, el movimiento radical palestino Hamás ha llamado a iniciar una “nueva intifada” este mismo viernes, que ha bautizado como “la liberación de Jerusalén”Hamás ya advirtió el miércoles de que Trump ha abierto “las puertas del infierno para los intereses estadounidenses en la región”.

“No se puede plantar cara a la política sionista apoyada por Estados Unidos más que con el lanzamiento de una nueva intifada”, ha declarado el jefe político de Hamás, Ismail Haniya.

En una rueda de prensa en Ciudad de Gaza, también ha pedido que se suspenda la coordinación de seguridad y la cooperación “con la ocupación israelí”. Para Haniya, “la decisión de Trump marca el final de una fase política” y significa “un punto de inflexión histórico para la causa palestina”.

“Afirmamos que Jerusalén está unida, no es oriental ni occidental, y seguirá siendo la capital de Palestina, de toda Palestina”, ha reiterado el dirigente de Hamás, que ha avisado que “Trump se arrepentirá de su decisión”.

Según el líder islamista, después de la decisión de Trump, la Autoridad Nacional Palestina “debe salir del túnel de Oslo, que proporcionó a la ocupación la legitimidad para existir”.

Protestas en Gaza y Cisjordania

Allí, en la Franja de Gaza –después de una noche de protestas donde se han quemado banderas estadounidenses y se han lanzado cócteles molótov-, cientos de palestinos se han concentrado desde primeras horas de este jueves en diferentes localidades, como Ciudad de Gaza, Jan Junis o Jabaliya, agitando banderas de Hamás y cantando lemas contra Estados Unidos y su presidente.

En Cisjordania también han empezado las movilizaciones, después de que, durante la noche, en Belén, los palestinos apagasen las luces navideñas en los lugares santos del cristianismo. Un árbol de Navidad colocado en la Iglesia de la Natividad de esa localidad quedó a oscuras, al igual que otro situado cerca de la tumba del líder histórico palestino Yaser Arafat en la ciudad de Ramala.

Por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, ha asegurado que las acciones de EE.UU. “niegan los acuerdos, desafían a la comunidad internacional y animan a seguir con la política de ocupación, asentamiento y limpieza étnica” de Israel, por lo que -ha concluido- EE.UU. no puede seguir actuando como mediador del proceso de paz entre isarelíes y palestinos.

Además, el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, ha destacado que la decisión de Trump “destruye cualquier oportunidad para la solución de los dos Estados”.

Protestas en otros países musulmanes

Pero las protestas por la decisión estadounidense no se limitan a Palestina o los países árabes, sino que se han extendido a otros países musulmanes, como Turquía o Irán, donde se suceden las protestas contra Washington, tanto en las calles como en los despachos gubernamentales.

Indonesia -el país con más población musulmana del mundo- y Malasia -uno de los aliados de Washington en el sudeste asiático- han sido los últimos países en sumarse a la oleada de rechazo a la decisión de Trump.

El presidente de Indonesia, Joko Widodo, ha condenado “con severidad el reconocimiento unilateral por parte de Estados Unidos de Jerusalén como la capital de Israel” y ha pedido a Washington que reconsidere una decisión que “viola varias resoluciones de las Naciones Unidas” y  “puede afectar la estabilidad política del mundo“.

Por su parte, el primer ministro malasio, Najib Razak, ha apuntado que la decisión de Trump puede “poner fin a todos los esfuerzos realizados para resolver la cuestión [sobre el Estado] palestino. Tendrá graves repercusiones, no sólo en la seguridad y estabilidad de la región, sino que podría encender los sentimientos y dificultar los esfuerzos en la lucha contra el terrorismo“.

“El reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel no es un reconocimiento de la realidad sobre el terreno, sino una expresión de apoyo a las políticas israelíes, muchas de las cuales contradicen el derecho internacional”, ha zanjado el jefe de Gobierno malasio.

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